Por Richard Cowan
WASHINGTON (Reuters) - Con una paralización parcial del Gobierno de Estados Unidos durante dos semanas, el presidente Donald Trump y líderes del Congreso se reunirán el viernes para discutir maneras de romper el 'impasse' provocado por su exigencia de construir un muro fronterizo frente a los llamamientos de los demócratas a medidas de seguridad alternativas.
Unos 800.000 trabajadores federales se han visto afectados por el cierre el 22 de diciembre de cerca de un cuarto del Gobierno federal debido a que Trump no quiere respaldar una nueva financiación hasta que consiga 5.000 millones de dólares para iniciar la construcción del muro en la frontera con México que prometió durante su campaña.
Según él, dicho muro es necesario para contener el flujo de inmigrantes ilegales y drogas a través de la frontera sur. Cuando se presentó a la presidencia en 2016, prometió que México pagaría por el muro, a lo que el país se ha negado.
El jueves, Trump trató de mantener la presión sobre los demócratas, pese a que han ganado un poder significativo al controlar la Cámara de Representantes al comenzar a operar el nuevo Congreso tras las elecciones legislativas del año pasado.
"Construyan el Muro", escribió en Twitter el presidente republicano. En comentarios a periodistas el mismo día, declaró: "Pueden llamarlo como quieran. Pero esencialmente, necesitamos protección en nuestro país".
Mientras Trump intensificaba su retórica, algunos demócratas de la oposición hacían lo propio, lo que llevaba a muchos a preguntarse cuánto se podrá avanzar durante una reunión en la Casa Blanca el viernes programada para las 1630 GMT.
"No vamos a hacer un muro", dijo la demócrata Nancy Pelosi el jueves por la noche, varias horas después de jurar como nueva presidenta de la Cámara de Representantes. "No tiene nada que ver con política. Tiene que ver con que un muro es una inmoralidad entre países. Es una forma antigua de pensar. No es efectiva desde el punto de vista de los costes".
El jueves por la noche, la Cámara de Representantes aprobó dos proyectos de ley demócratas para reabrir inmediatamente agencias del gobierno durante diferentes períodos de tiempo, pese a una amenaza de veto de la Casa Blanca.
Previamente ese día, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, un republicano, calificó el esfuerzo de la Casa Blanca como un "teatro político, no legislación productiva", pese a que el Senado aprobó el mes pasado una legislación idéntica.
(Editado en español por Patricio Abusleme)