BRUSELAS (Reuters) - Jeanine, de 79 años, considera que la música actual es demasiado machacona y prefiere las melodías de antaño, pero eso no le impidió salir a la pista de baile de la mayor discoteca de Bruselas junto con otros 10 ancianos de tres residencias de la capital belga.
Acabaron quedándose en "Lift Brussels" hasta las tres y media de la madrugada.
"Me quedé asombrada y esta noche me pareció extraordinaria", dijo Jeanine, quien contó que hacía al menos 30 años que no iba a bailar a una discoteca.
Los 11 jubilados -nueve mujeres y dos hombres- fueron llevados al club nocturno por la organización sin ánimo de lucro Papy Booom, como parte de una serie de actividades no convencionales ofrecidas a los ancianos para mantenerlos activos y sacarlos de la soledad en que muchos viven.
"La felicidad vence a la vejez" es el lema de la asociación, fundada por Youssef Kaddar, quien trabaja con ancianos en residencias desde 2010.
Tras maquillarlas y peinarlas, Kaddar y su socia Sonia Flohimont las llevaron a tomar un café a una crepería llamada 'Capuccino' y luego las condujeron a la discoteca en limusina.
"Este tipo de actividades nos permiten volver a vivir. Tenemos la sensación de volver a existir", dijo Simone Nestor, de 81 años.
La salida nocturna forma parte de un programa más amplio ofrecido por Papy Booom para ayudar a los ancianos a volver a ser activos en la sociedad.
Tras varios años trabajando en residencias de ancianos, Kaddar se cansó de ofrecer las mismas actividades aburridas y se dio cuenta de que muchos residentes podían hacer mucho más.
"Intentamos ofrecerles actividades que se supone que no pueden hacer", explica, como volar en globo, participar en concursos deportivos, hacer videos en Internet y dar clases particulares a escolares.
(Reporte de Yves Herman, editado en español por Javier López de Lérida)