Qué culpa tienen los griegos si no paran de tener líderes prometedores, derrochones y corruptos. Eso mismo podría pasar en España y no por ello es culpable ni el ciudadano ni el país en el que vive.
La condena de Grecia puede llegar a ser mucho peor si los nuevos inquilinos del bastón de mando siguen debilitando su economía con su jerga de libro de rastro. Una de las asignaturas pendientes de Varoufakis posiblemente sea la lógica bursátil. Al menos eso reflejan sus contundentes y continuas afirmaciones.
Creo que el Banco Central Europeo (BCE) y Bruselas ya han dado suficiente protagonismo al Gobierno heleno y se inicia un periodo de propuestas y decisiones hacia Syriza para que solventen sus debilidades para seguir formando parte del club del euro.
El resto de índices bursátiles europeos no reflejan atisbo de lo que puede suceder con Grecia, por lo que otras de las incertidumbres de un posible riesgo contagio se debilita. Syriza va camino de pasar a la historia como idealista, para gobernar con criterio a merced de los intereses comunes, incluidos los suyos. De eso se trata.