Miren este gráfico:
En definitiva, son evidentes dos cosas:
1. la bolsa refleja crecimiento económico, su revalorización a medio y largo plazo es por tanto el mejor indicador de la mejora económica más allá de la existencia de ciclos
2. Los ciclos existen, generando especialmente en la parte recesiva dudas e incertidumbres que benefician a activos como el oro.
En definitiva, las bolsas se benefician de la certidumbre cuando el oro se beneficia de la incertidumbre.
El martes el FMI adelantó un escenario económico de crecimiento mundial débil. Pero, lo más importante, advirtió que podríamos estar entrando en un escenario de crecimiento e inflación bajo, con tipos de interés nulos y política monetaria expansiva llevada a niveles extremos. No, no es un escenario positivo para la bolsa. Sí lo podría ser en mi opinión para otros activos, como es el caso del oro.
Pero, es cierto, se trata sólo de una advertencia. El riesgo es evidente; su materialización, en términos de precio del mercado, también lo es. Y en mi opinión los precios de las bolsas, no excesivamente altos (y muy bajos en términos de las rentabilidades de la deuda, pública y crédito), ya lo están reflejando.
En definitiva, aún esperamos que las bolsas mundiales lo hagan bien en los próximos meses. Pero, no de forma regular como tampoco lo ha sido hasta el momento. Veremos.