De la conversación mantenida con uno de los principales gestores de fondos nacionales:
Los bancos centrales han secuestrado a los Mercados. Vivimos bajo una Dictadura Financiera nunca conocida, que nos ha adentrado en un Mundo Desconocido. Todos coincidimos, con números en la mano, en que los bancos centrales entraron en una carrera desenfrenada cuya desenlace ignoran, porque no lo tienen previsto en el guión.
En su afán por evitar la deflación, mejorar las constantes vitales de una Economía Global agónica en el Mundo Global, y taponar la enorme herida abierta por las cifras de paro creciente, los bancos centrales han sacado toda su artillería. Han inundado los mercados de liquidez, que, como demuestran las últimas cifras, está muy mal repartida: unos cuantos bancos de inversión, principalmente anglosajones, se han quedado con la mayor parte, que para eso se sacaron de la manga este invento.
Han llevado los índices bursátiles en volandas y afianzado en los Mercados la peor de las situaciones: el Intervencionismo. El inversor final sigue presa del desconcierto, ahora que aún no se ha recuperado del pánico, de las pérdidas atroces generadas con la Gran Crisis Financiera.
Los bancos centrales han creado un monstruo horrendo, un monstruo de siete cabezas, incluso más, que inquieta a todos, también a los propios bancos centrales. Tal es así, que la normalización que diseña la Fed está siendo cotizada con fuertes caídas, lo mismo que sucede en Europa tras un desenlace inexistente a la recesión por parte de Draghi.
Los Mercados no cotizan desde hace tiempo los fenómenos normales, solo se fijan paranormales. Los que no creían en espíritus y otras cantinelas comienzan a tener pesadillas por las noches.
Este nuevo monstruo convive en el tiempo con uno de los peores recuerdos de los últimos tiempos: más del 75% de la Bolsa española soporta fuerte pérdidas desde los máximos históricos. Es decir, a la mala imagen creada por la propia Bolsa, como si de un ser vivo se tratara, se une el miedo que desata ese monstruo horrendo que han parido y alimentado los bancos centrales.
El inversor final vive momentos de desconcierto, incluso de pánico existencial en términos de ahorro. O dicho de otra manera, nunca tuvo tanto miedo a la hora de proyectar su futuro como ahorrador, porque los tipos de interés están a niveles cero y las Bolsas comienzan a flaquear de manera alarmante.
Un monstruo, no obstante, que es exhibido por pueblos y ciudades como algo fantástico, incluso bello: hay analistas que se han unido a la tendencia global, al Intervencionismo Total, y sostienen que los mercados están baratos. Para ello utilizan todo tipo de trucos y artimañas. Quieren hacernos creer que los multiplicadores están baratos en la actualidad. Hace un año alertaban de lo contrario. Si fuera así ¿por qué temen tanto la retirada de las QE y la inmovilidad de Draghi?
Es muy peligroso que los bajistas se vuelvan alcistas, y al revés. Muy peligroso resulta para los intereses inversores que lo horrendo comience a ser contemplado desde otra óptica, hasta resultarnos bello y atractivo, y al revés. Cuando unos y otros comienzan a hacerse trampas en el solitario, como sucede desde hace algunas semanas, lo aconsejable es ponerse a buen recaudo.
El inversor final reniega de las Bolsas, pero sigue mirándolas de reojo. Muchos, es más, hablan en voz baja, desesperados porque no han participado en la última bacanal. Muchos han perdido y perderán la compostura hasta adentrarse en este nuevo juego. Ya sabemos cómo terminará la partida ¿Está terminando ya?
Tengo pesadillas por las noches. La Bolsa ha corregido fuerte ¿Podrá la mano de dios conjurar el peligro? Parece que no. Por ahora...