Dentro de la incredulidad que aún tengo del rebote que estamos teniendo como señal de un hipotética estabilización y cambio de sentido, hay que decir que, frente a la experiencia que llevamos arrastrando las últimas semanas, esta subida es la más esperanzadora de los últimos dos meses y medio. Insisto que de aquí a decir que el panorama ha cambiado hay un trecho, pero tenemos que estar atentos a posibles indicios que nos digan que la estabilización esta cerca.
Hay que recordar que veníamos de una situación de sangría total y sobreventa a lo bestia, con un toque de volatilidad de montaña rusa, por lo que tener una subida de este pelo es de lo más normal, incluso en una situación continuista dentro de una tendencia bajista.
Al igual que el Ibex, el resto de plazas europeas han arrojado subidones por encima del 2,5% y la foto es muy parecida a la nuestra. ¿Y qué pasa con Estados Unidos? Pues pasa que el soporte del S&P 500 ubicado en torno a los 1.820, aunque resulto comprometido, consiguió sostener al selectivo americano impulsándolo hacia arriba, lo que supuso también un bálsamo para las bolsas.
Dentro de esas señales que podemos empezar a extraer del Ibex, están la superación de los 8.250 y de la directriz bajista de corto plazo. No me parecería raro que avanzásemos un poco más hasta los 8.600, donde vamos a tener otro nivel de corto plazo que tendríamos que superar, pero me parece complicado concretar cifras con esta volatilidad tal alta.
Por el momento seguimos dentro de una tendencia bajista y sólo la dejaremos cuando abandonemos la dinámica de mínimos decrecientes. Creo que volveremos como mínimo a los 7.900 para cerrar el hueco que abrimos el lunes.
Sería una buena señal un simple cierre y no irnos por debajo de los 7.746, lo que alimentaría la confirmación de un giro. Mientras tanto, los 7.500 siguen teniendo más papeletas que los 8.900.