El rompecabezas de precios de las materias primas de esta semana va a ser averiguar cuándo y dónde terminará la caída libre del oro.
El otro problema será determinar la rapidez con la que el petróleo llegará a 50 dólares por barril, y si se quedará allí o revertirá su rumbo cuando la excesiva confianza en el riesgo ante las posibles vacunas contra el COVID-19.
Un ejemplo: Citigroup (NYSE:C) cree que el oro encontrará apoyo en 1.700 dólares por onza, unos 75 dólares por debajo de donde cotiza actualmente, mientras que Goldman Sachs (NYSE:GS) pronostica que el petróleo alcanzará los 65 dólares por barril en 2021.
El oro ha perdido poco más de 300 dólares, o un 15% frente a los máximos históricos registrados en agosto y ahora se sitúa por debajo de 1.800 dólares por onza. Para los fans más incondicionales del metal precioso, ésta habría sido una situación impensable hace unos meses, cuando se pronosticaba que el oro alcanzaría los 3.000 dólares o más antes de finales de 2020, debido a una confluencia de gastos en estímulo relacionados con el COVID-19 y el debilitamiento del dólar.
El oro podría situarse en menos de 1.700 dólares en el peor de los casos
Tras tres semanas consecutivas de pérdidas, los futuros del oro de Estados Unidos abrieron la jornada de negociación en Asia camino de otra semana a la baja, dejándose alrededor de un 0,5% a las 8:00 horas (CET) situándose en menos de 1,780 dólares.
Algunos analistas creen que, en el peor de los casos, el oro podría perder su nivel de soporte de 1.700 dólares. Sunil Kumar Dixit, de SK Dixit Charting, en Calcuta, India, es uno de los que creen que se dará este escenario. Y dice:
"Su incapacidad para mantenerse por encima del nivel de apoyo crítico de 1.748 dólares podría causar una mayor caída del oro hacia 1.688 y 1.660 dólares, que será un punto de apoyo potencialmente fuerte y resistente para otro repunte de los alcistas tras una consolidación saludable”.
El petróleo de referencia West Texas Intermediate también ha bajado, situándose en poco menos de 45 dólares por barril, o alrededor de un 2% menos. Una de las razones para la caída del petróleo es el nerviosismo de los inversores antes de la reunión del grupo de productores OPEC+ para decidir si se extienden las grandes reducciones de la producción para equilibrar los mercados globales.
Tras las reducciones récord del suministro este año, la Organización de los Países Exportadores de Petróleo, con 10 aliados liderados por Rusia, originalmente tenía previsto aumentar la producción en 2 millones de barriles al día a partir de enero de 2021. Tal aumento equivaldría a alrededor de un 2% del consumo mundial.
Pero se entiende que buena parte del grupo OPEP+ quiere mantener la producción donde está ahora, para preservar el impulso ascendente del mercado.
Goldman ha dicho que su escenario más probable es un aplazamiento de tres meses para evitar un retorno a un superávit de petróleo global durante el primer trimestre de 2021, y no todos los productores de la OPEP+ parecen estar de acuerdo con esto.
El petróleo sigue en un mercado alcista, camino de 50 dólares por barril
A pesar de la caída del lunes, el petróleo está en un mercado alcista, habiendo ganado bastante más de un 20% frente a los mínimos registrados hace cuatro semanas.
Tanto el WTI como el Brent, de referencia mundial para el crudo, parecen tener el potencial de alcanzar los 50 dólares por barril. En abril, uno no podía siquiera imaginarse que algo así sucediera antes de fin de año. Entonces, el crudo estadounidense estaba en menos de 40 dólares, ya que la pandemia del coronavirus indujo una especie de sombra sobre el futuro a largo plazo de los viajes.
El petróleo y el oro están donde están por una razón: el aluvión de noticias sobre el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 de las últimas tres semanas.
El petróleo se está comprando con la promesa de que la pandemia acabará frenando, lo que significa un regreso a la vida como la conocíamos, que podría resultar en más movilidad y viajes y, por lo tanto, más demanda de petróleo.
El oro se vende ante las expectativas de que la economía mundial en la recuperación seguirá impulsando el interés por los activos de riesgo como las acciones y el petróleo, reduciendo la necesidad de los activos considerados refugio seguro.
Comprar con los rumores, vender con los hechos
Pero los mercados, como siempre, compran con los rumores y venden con los hechos.
Las infecciones, hospitalizaciones y muertes por coronavirus siguen aumentando en Estados Unidos y todavía podría haber obstáculos en la etapa final de las posibles aprobaciones de vacunas, así como en la distribución. Por lo tanto, las previsiones tanto para el oro como para el petróleo se están reexaminando este lunes para reevaluar el potencial e impacto de los ensayos de las vacunas.
Goldman ha dicho que, a corto plazo, el mercado del petróleo se verá lastrado por las medidas de confinamiento, el descenso de la demanda de Europa y una tasa de infecciones probablemente asimétricas al alza durante el invierno. Y añade:
"Creemos que esta oleada invernal asestará un golpe de 3 millones de barriles al día de la demanda mundial de petróleo, sólo parcialmente compensados por la demanda para calefacción, la demanda de los mercados emergentes y la demanda de reposición, aunque este golpe a la demanda se ha visto enmascarada hasta ahora por la fuerte compra y reposición de crudo de Asia".
"Creemos que estas poco alentadoras señales fundamentales a corto plazo y el tira y afloja de los confinamientos frente a las vacunas van a mantener la volatilidad de los precios del petróleo las próximas semanas. Estas corrientes cruzadas complicarán aún más la decisión de esta semana de la OPEP+ de retrasar o implementar el aumento previsto de la producción de 1,9 millones de barriles al día en enero”.
"En última instancia, estos obstáculos del invierno son sólo baches en el camino hacia un juste del mercado de petróleo, pues la oleada invernal del COVID retrasa pero no hace descarrilar el reequilibrio del mercado petrolero, con la normalización de las reservas de la OCDE, la capacidad sobrante de la OPEP+, que regresa a los niveles del primer trimestre de 2020, y finalmente el necesario crecimiento de la producción de petróleo de esquisto, todo ello en el cuarto trimestre de 2021”.
"Esto nos lleva a reiterar nuestras recomendaciones para posicionarse en largo en el Brent para entrega el 21 de diciembre, nuestra forma de expresión favorita del repunte de 2021 del petróleo, así como para que los productores esperen a tomar cobertura".