Desde el punto más bajo de mediados de junio, los mercados bursátiles mundiales decidieron empezar a disfrutar del verano. En particular, el mercado tecnológico estadounidense Nasdaq, que se vio especialmente afectado en el primer semestre, subió temporalmente más de un 20%. Muchos observadores ven una razón para ello en la caída de las rentabilidades de los bonos durante el mismo periodo, que en EE.UU. habían bajado de casi el 3,5% a menos del 2,6%. Este movimiento, a su vez, se vio alimentado por la esperanza de que un pico en la tasa de inflación de EE.UU. provocaría también rápidamente un pico en la lucha de los bancos centrales contra la inflación.
Un factor mucho más sencillo puede haber sido el posicionamiento muy cauteloso de muchos inversores en el mínimo del mercado a mediados de junio. Tras la aleccionadora evolución de gran parte del primer semestre de 2022, la mayoría de los participantes en el mercado se han puesto a cubierto y han aumentado sus reservas de efectivo. Una vez que los precios se han estabilizado, existe una presión, especialmente para los inversores con modelos de seguimiento de la tendencia, para aumentar de nuevo sus cuotas de renta variable cuando los precios suben. Estos factores tienen un impacto mayor de lo habitual, especialmente en un entorno de baja liquidez y volumen de negociación, como suele ocurrir en los meses de vacaciones.
Al mismo tiempo, se tiene la impresión de que se prestó poca atención a muchos desarrollos fundamentales. Posiblemente porque muchos analistas estaban en estado “fuera de la oficina”. Por ejemplo, la subida de los precios del gas y la electricidad en el mercado de futuros europeo es una señal de la grave escasez. Al mismo tiempo, la escasez de agua en Europa dificulta la generación de electricidad por diversas vías (por ejemplo, menos energía hidroeléctrica, menos agua de refrigeración). Varios indicadores de confianza en todo el mundo se están debilitando, especialmente el sentimiento de los consumidores. La recuperación de la economía china tras los confinamientos por coronavirus parece cobrar impulso más lentamente de lo esperado. En EE. UU. muchos indicadores del mercado de la vivienda están tocando techo y apuntan a una desaceleración del mercado inmobiliario residencial. Esto puede alimentar las esperanzas de que los bancos centrales puedan volver a apoyar el crecimiento, no subiendo los tipos de interés, en lugar de luchar contra la inflación. Sin embargo, todavía no controlan el aumento subyacente de los precios de los servicios, los salarios y los alquileres.
Claves de la próxima semana
No faltan nuevos impulsos fundamentales en la próxima semana. A principios de la semana que viene, los participantes en el mercado podrían fijarse primero en las posibles conclusiones de la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole. El martes y el miércoles probablemente se centrarán en los datos preliminares de la inflación de agosto de Alemania y la zona euro. Además, el martes se publicarán los datos de confianza de la Comisión Europea y la confianza del consumidor del Conference Board en EE. UU. Posteriormente, se darán a conocer los índices (definitivos) de gestores de compras de agosto de muchos países. Muchos ojos deberían estar puestos en los índices chinos para evaluar la dinámica de la segunda economía mundial. Sin embargo, el plato fuerte del calendario de datos será el viernes, con el informe sobre el mercado laboral estadounidense. Esto plantea la cuestión de cuánto tiempo puede seguir siendo el mercado laboral estadounidense tan vigoroso como lo ha sido recientemente.
Seguimos siendo prudentes en un entorno de subida de precios y deterioro de los datos fundamentales. Estacionalmente, septiembre suele ser un mes inestable. Tras el fin de semana del Día del Trabajo en EE.UU., a principios de septiembre la dirección del mercado podría reajustarse de nuevo tras la vuelta de las vacaciones de verano y el optimismo de la política monetaria podría dar paso al realismo basado en los datos fundamentales.
Siga disfrutando del verano, ya sea dentro o fuera de la oficina.
Se despide atentamente,
Stefan Rondorf
