Creemos que una economía global en la que hay cada vez más diferencias entre países y la agitación política contribuyen a elevar la volatilidad de los mercados y a reforzar la necesidad de ser activos y selectivos. Entre los temas de inversión más atractivos a largo plazo se incluyen el crecimiento de la inteligencia artificial (IA), la creciente influencia de China en Asia y el potencial de los factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ASG ) de mejorar los resultados de la inversión.
Principales conclusiones
- Con una economía global cada vez menos sincronizada y en la que se observan mayores divergencias, los inversores deberían tratar de ser más activos y selectivos
- Es probable que la economía estadounidense se ralentice cuando los efectos de los recortes fiscales del presidente Trump se vayan desvaneciendo, pero un Congreso dividido no puede modificar de forma significativa su política económica; todavía no se prevé una recesión en EE. UU.
- La preocupación que genera el Brexit y la dirección de la política europea podrían mermar la confianza y alimentar la incertidumbre sobre los mercados de Europa
- China continuará su transición a una economía impulsada por el consumo y los servicios, aunque se podría ver afectada por las tensiones comerciales y por la incipiente «guerra fría tecnológica» con EE. UU.
- La política monetaria expansiva (QE) ha distorsionado los precios de muchas clases de activos, y es posible que la diversificación por sí sola no sea suficiente; las ideas en contra de la tendencia y los temas apartados del consenso pueden verse favorecidos