En el transcurso de este mes, algunas de las principales criptomonedas han sufrido reveses importantes pues las autoridades de Asia han aumentado sus restricciones al comercio y las plataformas de criptomonedas.
Los precios de las criptomonedas se desplomaron el pasado jueves tras conocerse que Corea del Sur podría estarse preparando una normativa para prohibir todo el comercio de monedas virtuales en el país. A muchos les sorprendió la noticia ya que Asia había sido un hervidero de lo que se conoció como la criptofiebre. Otros no lo pueden comprender:
Antes de que comenzaran a circular estos informes, el bitcoin se encontraba en 14.896,00 USD, actualmente está en 11.010 USD. El ethereum, la segunda criptomoneda por capitalización de mercado, está en 994,30 USD tras haber caído desde 1.248,00 USD y el ripple ha descendido de 1,92000 USD a 1,15900 USD.
El fin de semana pasado, el banco central de Indonesia emitió una advertencia sobre las monedas digitales e instó a los inversores a abstenerse de adquirir, vender u operar con monedas virtuales. Ayer, conocimos más informes, esta vez procedentes de China. El país está aumentando su represión al comercio de criptomonedas y señalando las plataformas online y aplicaciones móviles que ofrecen servicios similares a las bolsas de criptodivisas, según ha informado Bloomberg.
A pesar de la intensificación del escrutinio del Gobierno, los mercados parecen haber reaccionado de forma selectiva. Susan Zhou, de Hong Kong, directora de operaciones de Qlink, una red móvil descentralizada, señala que no todas las criptomonedas han experimentado grandes reversiones.
“Algunas criptomonedas han subido hasta 10 veces durante estos 15 días del primer mes de 2018. El valor de una criptodivisa o criptomoneda se basa en el proyecto, dependiendo de la implementación, colaboración, uso comercial y por supuesto capacidad de mercado del equipo. Vamos a observar el rendimiento de varias criptomonedas importantes este año. A juzgar por el calendario de lanzamiento, desarrollo y empleo de los productos, 2018 será otro año al alza".
Zhou cree que los Gobiernos asiáticos están yendo a lo seguro. Después de las medidas de China, está convencida de que otros países emitirán restricciones al comercio de criptomonedas.
"Creo que es una oportunidad para que ciertos países construyan una regulación sólida como modelo. El mercado de criptomonedas y las tecnologías de cadena de bloques son el nuevo poder blando para las economías que deberían apoyarlas en lugar de prohibirlas. Una comprensión completa y una regulación adecuada serían más apropiadas. Esperamos observar más mejoras".
¿Es China demasiado controladora?
Un crítico cree que la represión de Asia está teniendo un impacto negativo en sus mercados. Sergei Sevriugin, CEO y fundador de la plataforma de riesgo compartido REGA, afirma que es lamentable para la comunidad de criptomonedas que "China planee controlar las criptomonedas igual que hacen con Internet". Sevriugin señala que China ha sido un gran mercado para las criptomonedas y las ICO y durante los últimos meses eso ha quedado lastrado debido a los esfuerzos de las autoridades gubernamentales.
Alex Mashinsky, fundador y CEO de Celsius Network, va un poco más allá y señala algunas de las razones por las que esto puede estar ocurriendo ahora. Explica que durante muchos años los mineros han abusado de las subvenciones de los precios de electricidad de China para hacerse con el monopolio virtual en prueba del trabajo de la minería.
"El Gobierno chino acaba de decidir poner fin a este abuso pues la minería de criptomonedas no aporta nada al PIB industrial de China, que era la razón por la que el Gobierno decidió en su día subvencionar la electricidad. Esto es bueno para la comunidad de criptomonedas pues obliga a los mineros a desplazarse a otros lugares donde la energía hidroeléctrica limpia es abundante y está disponible".
Mashinsky señala que rumores como éste ya habían circulado antes y que es natural que los Gobiernos quieran ejercer su control sobre este mercado nuevo y en gran parte no regulado. También añade que, aunque intentar prohibir completamente las criptomonedas es contraproducente e inútil, los participantes legítimos del mundo de las criptomonedas agradecen una regulación y unas directrices oficiales ya que traerán claridad y estabilidad a los mercados.
¿Cuáles son los motivos de China?
Scott Nelson, CEO de Sweetbridge, una plataforma que permite a los usuarios los autopréstamos avalados con activos existentes a través de contratos inteligentes, explica que China quiere encontrar maneras de controlar su flujo de divisas al mismo tiempo que evita el desarrollo de mercados alternativos que podría dar lugar a operaciones no sujetas a impuestos.
Según Nelson, las últimas medidas tienen mucho sentido para una economía de planificación centralizada que teme perder el control. Cree que esto probablemente no será eficaz a largo plazo. A corto plazo, añade Nelson, hay un montón de dinero en el mercado de criptomonedas de China, y tendrán que colocarlo en alguna parte. Es poco probable que las restricciones actuales tengan más que un efecto temporal sobre las valoraciones de las criptomonedas.
Mashinsky dice:
"Tendremos que esperar a ver cuáles son al final los motivos de China en las próximas semanas y meses, ya que parece que no se centran en transacciones individuales P2P. Más bien están intentando detener la evasión de impuestos, la especulación y el blanqueo de dinero”.
¿En qué situación deja esto mientras tanto a los inversores que se están planteando invertir en criptomonedas? ¿Aguantar y esperar a que se adopten políticas regulatorias más claras? Nelson explica:
"Son mercados complejos, y cualquier predicción probablemente afectará a la confianza a corto plazo porque es un mercado que la mayoría de los inversores no entiende. Con pesimistas por un lado y criptofanáticos por otro, hay gente que se está poniendo nerviosa, porque no saben a quién creer, y esto hace que el mercado sea más volátil".
Es inevitable que los gobiernos acaben involucrándose en la regulación de las operaciones con monedas digitales, concluye, aunque sólo sea por el bien de la recaudación fiscal y la protección del comprador.