Desde la crisis financiera de 2008, cuando el S&P 500 tocó fondo en 666, el índice ha subido alrededor de un 340%, hasta los nuevos máximos históricos de hoy.
Cuando un mercado alcista dura tanto tiempo, es natural que los inversores se pregunten si el fin del ciclo está cerca. Una forma de estar alerta en cuanto a las banderas rojas es volver a los hechos pasados. La historia a menudo se repite: conocer por qué terminaron los anteriores mercados alcistas nos puede ayudar a identificar los posibles problemas antes de tiempo.
En recesiones anteriores, una política monetaria más restrictiva, políticas fiscales más estrictas, la crisis geopolítica y un mercado sobrevalorado han sido los principales culpables. Merece la pena echar un vistazo a lo que sucedió entonces para tratar de predecir lo que puede suceder ahora.
Políticas monetarias más restrictivas
Las políticas monetarias más restrictivas que dieron lugar a las recesiones son un tema realmente recurrente al examinar las anteriores finalizaciones de los mercados alcistas. Las condiciones monetarias más restrictivas podrían limitar el crecimiento potencial de la economía y enfriar una expansión económica hasta el punto de revertirla en su conjunto.
Las condiciones monetarias más restrictivas precedieron el final de los mercados alcistas en 1937, 1956, 1966, 1968, 1980 y 1990. En 1980, Paul Volcker, entonces presidente de la Fed, subió la tasa de los fondos federales hasta el 20%, su cota más alta de la historia, con el fin de aplacar la inflación que ascendía a un 13%-14%. Aunque Volcker logró controlar la inflación, llevándola hacia un nivel del 7% "más adecuado" un año más tarde, su decisión llevó a Estados Unidos a una recesión en 1981 y el S&P 500 cayó un 27% en 1980-1982. Otro ejemplo es el inoportuno ajuste monetario que se produjo en 1966 cuando William McChesney Martin era presidente de la Fed. Esto condujo a una crisis crediticia, que a su vez contribuyó a una caída del 22% del S&P en 1966.
Políticas fiscales más estrictas
Un importante motivo de preocupación durante el siglo XX, durante los primeros años del mercado, fue el recorte del gasto del Gobierno en 1937 y 1946. Esto provocó caídas del mercado del 60% y el 30% respectivamente. Esta explicación para el bajo rendimiento económico proviene de la economía keynesiana, que comenzó a popularizarse durante la gran depresión. En la economía keynesiana, la inversión gubernamental en infraestructura fue una solución a la gran depresión iniciada en 1929. De hecho, el recorte del gasto del Gobierno de Estados Unidos en 1937 y 1946 fue una de las principales razones de las crisis del mercado de valores que tuvo lugar durante esos años.
Los precios del petróleo y la agitación geopolítica
Aunque la agitación geopolítica y los precios del petróleo puede que no sean los únicos culpables de matar los mercados alcistas, han desempeñado un papel clave en el estancamiento de los mercados unas cuantas veces en las últimas décadas. En tres ocasiones, las tensiones geopolíticas y los precios del petróleo tocaron techo en el momento equivocado. En 1973, OAPEC decidió emitir un embargo petrolero. Estados Unidos ya estaba pisando terreno peligroso con el abandono de los acuerdos de Bretton Woods (lo que significa que los dólares ya no eran convertibles en oro como antes), lo que provocó una tremenda inflación y un repentino repunte del 39% del precio del petróleo contribuyó al final del mercado alcista. Lo mismo puede decirse de los repentinos repuntes del precio del petróleo después de la crisis del petróleo de 1979 y la invasión iraquí de Kuwait en 1990.
Sobrevaloraciones
Los precios de las acciones a veces simplemente suben, perdiendo contacto con la realidad, y necesitan volver a bajar. Las sobrevaloracionesfueron las principales razones para el final de los mercados alcistas en 1961 y 2000 y contribuyeron a ello en 1946 y en 1987. Esos cuatro años son cuatro de las cinco veces entre 1946 y 2000 que la ratio PER del S&P 500 se situó por encima de 20 —un umbral históricamente considerado caro.
La burbuja de las puntocom es quizás el ejemplo más llamativo de un caso en el que los inversores se dejaron llevar por la moda de comprar acciones a cualquier precio. En el año 2000, cuando internet saltó a la fama, un frenesí de compra llevó a valoraciones en niveles insostenibles. Empresas como el infame Pets.com recaudaron decenas de millones de dólares para desaparecer poco después cuando se hizo evidente que no tenían ningún modelo de negocio viable ni ningún plan hacia unos ingresos sostenibles.
Y aunque no tiene nada que ver con las acciones, la burbuja inmobiliaria de 2007 ocurre en este momento también. El colapso de la burbuja inmobiliaria desencadenó una crisis financiera a nivel nacional y una recesión de dos años, llevando a una caída del 57% del S&P entre octubre de 2007 y marzo de 2009.
Conclusión
De vuelta en 2019, este mercado alcista dura ya más de 10 años, y “cuándo terminará” es una pregunta muy legítima. Siempre existe la posibilidad de un evento del tipo cisne negro que nadie verá venir, pero como los tipos de interés parecen ir camino de un descenso, en lugar de una subida, es una preocupación menos inmediata.
Fiscalmente, el Gobierno de Estados Unidos ha empleado de forma constante unos 100.000 millones de dólares en infraestructura cada año, y no hay razón para creer que el gasto público se reducirá en el corto plazo. El petróleo y las tensiones geopolíticas son motivo de preocupación, y China, Corea del Norte e Irán son posibles puntos de conflicto.
Desde el punto de vista de la valoración, el mercado ahora no es barato. La ratio PER del S&P 500 es de 22, por encima de su valor histórico promedio de 15,75. La capitalización de mercado total del mercado de valores en relación con el PIB de Estados Unidos está en el 143%, muy cerca de los máximos históricos registrados en el 148% durante la burbuja puntocom.
Así que ¿hacia dónde vamos ahora? El mercado puede tolerar a menudo valoraciones elevadas que incluso pueden parecer irracionales durante bastante tiempo, y geopolíticamente, todavía estamos lejos de un escenario de guerra o de invasión. Si observamos las razones históricas de la finalización de los mercados alcistas, parece que mientras que la Fed siga abasteciendo al mercado, todo irá bien. Pero en el momento que deje de hacerlo, se correrá sin duda el riesgo de que las valoraciones relativamente elevadas que ahora aceptamos conduzcan a algo más que una simple corrección del 20%.