No hubo cambios ayer en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Tampoco los esperaba el mercado. Las ganas de ver movimientos nos las debemos reservar para diciembre y afortunados fuimos ya si ayer, Mario Draghi pudo adelantarnos que no habrá final abrupto para el programa de compra de activos, que se mantiene, como mínimo, hasta marzo de 2017.
“Nosotros seguimos pensando que lo más probable es que el BCE extienda la duración del programa durante otros seis meses en la reunión de diciembre. Sin embargo, es un escenario que dependerá de las perspectivas de crecimiento para el segundo semestre de 2016, que en nuestra opinión son débiles”, afirman los expertos del grupo financiero japonés Nomura, que han valorado esta mañana las informaciones que nos brindó ayer el organismo monetario.
Estos expertos creen que la actividad y la inflación decepcionarán tanto en el tercer trimestre como en el cuarto. “Esperamos una ralentización moderada en el crecimiento, con una subida trimestral del PIB del 0,2% en el tercer trimestre, bajando desde el 0,3% del segundo. Un resultado en línea con nuestra previsión que, además, seguiría por debajo de las perspectivas del BCE, que prevé un crecimiento del 0,3%”.
Por el lado de la inflación, sus perspectivas se mantienen en línea con las de la máxima autoridad monetaria europea y esperan que ésta se acelere a lo largo del resto del año, apoyada por un efecto energético y una estabilización en el precio de la energía. “Sin embargo, preferimos mostrarnos cautos con las perspectivas de inflación a medio plazo. El débil crecimiento salarial y económico seguirá provocando una recuperación de la inflación subyacente muy lenta y, pese a un probable incremento de la inflación, creemos que el BCE se centrará en la dinámica de la inflación subyacente. Ante la falta de un cambio claro en dicho indicador, creemos que la entidad seguirá abogando por una política monetaria cauta y siempre sujeta a datos”.
Lo bueno es que en diciembre conoceremos las perspectivas de inflación para 2019, y con ellas la oportunidad de comprobar si, efectivamente, la política del banco de bancos europeo está teniendo el impacto deseado, aunque sea con un retraso en la inflación. Esta situación podría favorecer una interrupción en la política acomodaticia del organismo, algo que cobró mayor relevancia en el encuentro de septiembre, aunque esto todavía no lo contemple Nomura.
Impacto en el mercado
El euro se movió con ánimo durante la conferencia de prensa de Draghi, con un movimiento rápido hasta superar los 1,10 dólares, para caer después y tocar los mínimos vistos cuando el Brexit. Por su parte, el Ibex 35 cerró por encima de los 9.000 puntos el jueves, aunque tras la reunión se situaba en los 8.999 puntos. El bono a 10 años español tocó máximos y el futuro del Bund se situó en 163,70 puntos.
"A estos niveles, el riesgo sobre el euro a medio plazo es más de apreciación y el potencial en las bolsas sigue siendo limitado mientras que las rentabilidades de la deuda deberían mostrar cierta corrección a la baja en el corto plazo a medida que se disipe la especulación de un tapering en la eurozona”, apuntan los expertos de Banco Sabadell (MC:SABE).