Casi cinco años después de la crisis crediticia global, existe una sensación de que algo ha llegado a un punto de no retorno, cuando ninguna cantidad de reaseguro, promesas o actuación política puede hacer frente a la marea de los mercados. Pero para estar seguro, no se trata de definir los mercados, como puros especuladores sino más bien individuos racionales y entidades que están retirando depósitos de los bancos griegos, reduciendo su exposición a todo tipo de mercado con riesgo implícito y haciendo todo lo posible para no ser arrastrados por la marea.
La marea es, por supuesto, Grecia. Además de los informes de los reembolsos a gran escala de los bancos griegos que hemos tenido (sin confirmar, y luego negados) hay información de que el BCE también ha denegado las solicitudes de liquidez de los bancos griegos, empujándolos hacia el banco central griego debido a la falta de capital. Hemos visto un fuerte aumento en los spreads forward del Libor-OIS, la medida del riesgo de liquidez interbancaria. De ser un tema tabú en los círculos oficiales, hemos pasado a una discsión abierta sobre la posible salida del euro griega.
Al mismo tiempo, después de dos años de lucha contra los incendios derivados de la crisis soberana griega y de otros estados, parece que no hay respuesta política que, de manera creíble, pueda detener la marea. Hemos tenido dos paquetes de rescate a gran escala de la UE / FMI, en una tortuosa "voluntaria" reestructuración del sector privado y financiación del BCE (con colaterales cada vez más bajos). La respuesta más verosímil ahora de las autoridades serían medidas para frenar el contagio, particularmente con respecto a los depósitos bancarios en otros países de la Eurozona ya que los préstamos transfronterizos entre los distintos sistemas de garantía de depósitos no es viable.
El contagio sigue siendo el mayor riesgo, dado que una salida griega significa que lo que fue presentado anteriormente como irreversible e impensable se han convertido en realidad. Aquí es donde ahora los esfuerzos deben centrarse, de lo contrario la moneda única quedaría horriblemente expuesta a una salida griega. Además, todos los esfuerzos para "salvar" a Grecia de aquí en adelante habrán sido en vano. Los responsables políticos se enfrentan a una elección crítica de esta semana. Que Dios reparta suerte porque cómo haga justicia vamos a tener un verano muy movidito