En 2018 el sector papelero se encontraba en su cénit, no en vano varias compañías llegaron a marcar máximos históricos, entre ellas la española Ence (MC:ENC). Pero en la recta final del año la cosa cambió radicalmente con la bajada del precio de la celulosa y las malas previsiones, afectando de lleno en los sectores cíclicos. Ence, como no podía ser de otra manera, asistió a un drástico cambio de tendencia y desde los máximos de octubre ha llegado a acumular una caída superior al 50%.
El problema es que Ence no sólo se ha visto lastrada por el tema de la celulosa. Ya en el mes de marzo les comenté la formación de un patrón techo redondeado, un patrón de cambio de tendencia, de alcista a bajista, que se produce en la recta final de una tendencia alcista y que se caracteriza porque el giro o cambio de tendencia se produce de manera lenta y progresiva. Y es que en ese mes la Abogacía del Estado rectificó por orden del Ministerio de Transición Ecológica apoyando su pretensión de anular la concesión por 75 años concedida a la empresa durante la legislatura del Partido Popular.
El 30 de abril volví a retomar el seguimiento a la compañía y les comenté que seguiría bajando en Bolsa lastrada por la posibilidad del cierre de su planta de Pontevedra. Para entender la importancia de esta cuestión basta decir que el cese de su actividad tendría un impacto en las cuentas por valor de 185 millones de euros, un tercio de los ingresos de Ence proviene de esa planta). El escenario se fue cumpliendo, ese día estaba en 4,77 euros y ha llegado a bajar a 3,60 euros.
¿Qué podemos esperar de su cotización? ¿Seguirá todo igual o hay a la vista un cambio en el sesgo tendencial?
Para empezar, el hecho de que pertenece a un sector bastante cíclico implica que suele estar expuesta a episodios importantes de volatilidad, todo en función de la evolución y el devenir de su materia primas. Se trata de una compañía que presenta a priori perspectivas positivas en cuanto a crecimiento en su doble vertiente (energía renovable y celulosa). Es verdad que ha sufrido demasiado por el derrumbe del precio de la celulosa, pero ya está descontado plenamente, por no decir que la celulosa podría haber tocado fondo y desde ahora comenzar a subir. Además, en su Plan Estratégico prevé que en el año 2023 duplicarán su beneficio.
Presenta un precio objetivo en torno a los 5,40 euros.
Por tanto, Ence ha sufrido mucho, pero los fundamentales que presenta y el hecho de que la celulosa debería de retomar el vuelo, implica que podría seguir subiendo tras la formación de un suelo con un primer objetivo en 5,40 euros.
No obstante, sigue siendo un valor no apto para inversores conservadores (salvo que se disponga de una amplia cartera muy diversificada).