Como cabía esperar la pasada semana resultó positiva tras el G20 y los mercados internacionales de renta variable se apuntaron avances superiores al 1%. El Eurostoxx 50 avanzó un 1,56% en la semana y el S&P 500, en la misma línea, hasta un 1,65% cerrando muy cerca de máximos históricos. También fue la semana en la que la rentabilidad del Bund alemán cayó por debajo del -0.40%, tipo que corresponde a la facilidad de depósito del BCE. Se dio así continuidad del rally de la deuda al que también se apuntó la deuda Italiana después de que su gobierno redujera el objetivo del déficit un 0,3 %, según lo solicitado por Bruselas.
Pero la semana nos dejó un nombramiento que tendrá implicaciones en los mercados a largo plazo y un dato macro que marcara el comportamiento en el corto. La elección de Christine Lagarde para relevar a Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo supone un apoyo a la continuidad del ciclo económico expansivo ya que sus intenciones en política monetaria son incluso más acomodaticias que las de su antecesor. Es una propuesta dirigida a retrasar la recesión en el viejo continente cuyos indicadores no terminan de despegar.
Por otro lado el dato macro que se conoció a final de semana fue la creación de empleo no agrícola en EE.UU. que superó claramente las expectativas, creándose 224.000 empleos frente a los 160.000 esperados. Este buen síntoma de la economía norteamericana pone presión a la reserva federal en sus intenciones de bajar tipos en su próxima reunión de finales de este mes. Se esperaba una bajada de tipos de hasta un 0,50% pero tras este dato puede estar en duda hasta la bajada de consenso de un 0,25%. Estas dudas pueden hacer mella en los inversores que a corto plazo decidan realizar beneficios y esperar a mejores momentos de entrada. La cercanía del mes vacacional es también un acicate para poner a resguardo las posiciones.
Aunque el panorama a medio plazo sigue siendo halagüeño para los activos de riesgo, a corto plazo podemos encontrarnos ya con momentos de alta volatilidad con tendencia bajista hasta el resultado de la reunión de política monetaria de la Fed de los próximos 30 y 31 de julio. Por ello esta semana en la que entramos, y salvo que las declaraciones en el congreso de Jerome Powell a mitad de semana animen el mercado, esperamos una semana con tono bajista en renta variable. Una tendencia bajista que si se alargase puede generar buenas oportunidades de entradas a las que conviene estar atentos con el objetivo de cerrar un buen final de año.
Nos adentramos también en época de publicación de resultados trimestrales los cuales se esperan sean positivos en EE.UU. y mixtos en Europa pero que no serán determinantes para afianzar un comportamiento futuro de los mercados. No nos queda más remedio que seguir muy de cerca los indicadores macroeconómicos para interpretar el signo de las bolsas. También nos dará la medida de la influencia en los mismos de las actuaciones acomodaticias de los Bancos Centrales y si su medicina sucedáneo de la Teoría Monetaria Moderna (MMT) continúa haciendo efecto.