La ligera revaluación del yuan, impulsada por el banco central de China, le dio a los mercados una cierta estabilidad en la apertura de la sesión asiática del lunes.
No obstante, los pares de divisas principales observaron gaps de inicio de sesión, típicos de los momentos de alta incertidumbre. De hecho, el viernes fue un día muy negativo en las plazas financieras centrales, con bajas importantes en los índices bursátiles de referencia.
Así, el dólar australiano se aleja, por ahora de sus nuevos mínimos de 7 años con los que puso en marcha la sesión asiática, al igual que el dólar canadiense, que luego de alcanzar 1,46 por primera vez desde 2003 recupera algo más de 100 puntos, con perspectiva alcista para el resto del día. El peso mexicano, en tanto, llega a nuevos mínimos desde 1993, superando la cota de 18,20.
El yen, que abrió la jornada con una fuerte ganancia, fue cediendo terreno en las últimas horas, y si bien mantiene una tendencia alcista de corto plazo, todo indica que podría llegar a la zona de 117,70 en horario americano, desde los 117,40 actuales.
Por su parte, el euro se mantiene sin cambios importantes, tras rozar 1,10 el viernes, tras lo cual perdió posiciones rápidamente a última hora. Su tendencia, medida en el gráfico de 4 horas, es lateral, aunque la superación de 1,0930 podría ofrecer un nuevo movimiento favorable a la divisa única.
De todas formas, esperamos una sesión americana sin cambios importantes: el festivo en Estados Unidos mantendrá a los mercados expectantes, a la espera de la sesión asiática del martes, en la cual, a primera hora, se conocerá un dato crucial: el PIB anualizado de China. La desaceleración del crecimiento de la segunda economía mundial inquieta al resto del mundo, en momentos en que el gobierno local busca reactivar el consumo interno, a sabiendas de que no podrá seguir vendiendo al mundo como lo hizo hasta ahora.
Este factor, sumado a la baja muy fuerte del petróleo, cuyo camino bajista no ofrece cambios de corto plazo, y al alza del dólar en todos los frentes, se ha transformado en motivo de preocupación para los mercados globales, en un primer mes del año más que intenso.