Esperanza y miedo: el oro y el petróleo toman su ejemplo de factores contradictorios esta semana, ya que la presidencia entrante de Joe Biden augura diferentes resultados para los dos mercados más activos de materias primas.
Se espera un repunte tras la apertura del lunes en Estados Unidos después de que las elecciones de 2020 pasaran de largo con sorprendente calma en comparación con las ominosas secuelas que se temían muchos en Estados Unidos. Los futuros de Dow suben un 1,5% a las 18:00 horas (CET) y los mercados asiáticos también avanzan sustancialmente.
Si la postura de interés por el riesgo de las acciones de Estados Unidos pasa a un modo de repunte en toda regla durante el resto de la semana, la posición del dólar como moneda de refugio podría encajar un golpe más duro, beneficiando a los adeptos del oro.
El dólar ha experimentado más explosiones que desplomes en los últimos tres meses, eliminando prácticamente la probabilidad de que el oro vuelva a alcanzar los máximos históricos de agosto de casi 2.080 dólares por onza. Por el contrario, una caída del dólar ahora podría dar un impulso al oro no visto desde el tercer trimestre.
El oro de Estados Unidos para entrega en diciembre alcanza este lunes máximos de ocho semanas en 1.965,65 dólares. A las 18:00 horas (CET), se situaba en 1.964,35 dólares, subiendo 12,65 dólares, o un 0,7%, en el conjunto de la jornada. El contrato de futuros de oro de referencia subía un 3,8% la semana pasada.
El oro al contado, que refleja las operaciones en tiempo real con lingotes, sube 12,05 dólares, o un 0,6%, hasta 1.963,26 dólares. Anteriormente había alcanzado máximos de ocho semanas en 1.964,76 dólares.
El oro aguarda la implementación de estímulos tras la investidura de Biden
Los traders del oro siguen pendientes de cualquier iniciativa de la administración entrante de Biden y los demócratas en el Congreso para reanudar las conversaciones de estímulo del coronavirus con los republicanos del Senado durante una reunión que carece de peso a la espera de la toma de posesión del nuevo presidente el 20 de enero.
Para ponernos en contexto, los demócratas del Congreso llegaron a un acuerdo en marzo con la administración Trump y los republicanos del Senado para aprobar Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés). Ese paquete dispensaba aproximadamente 3 billones de dólares en cheques de ayudas a los trabajadores, préstamos y subvenciones para empresas y otras ayudas personales para ciudadanos y residentes que cumplieran los requisitos.
Desde entonces, ambos lados han estado estancados en un punto muerto con respecto a un plan de ayuda para sustituir la ley CARES. La disputa ha girado básicamente en torno a la cuantía de las próximas ayudas, ya que miles de estadounidenses, particularmente los del sector de las aerolíneas, corren el riesgo de perder sus puestos de trabajo si no se crean más ayudas.
Repunta el petróleo también, aunque lastrado por los factores de riesgo
Los precios del petróleo también suben este lunes pues la incapacidad de los demócratas para tomar inmediatamente el control del Congreso ha aliviado a los alcistas del petróleo temerosos de la postura sobre los combustibles antisfósiles de Biden.
El West Texas Intermediate, el principal barómetro del crudo estadounidense, sube 1,05 dólares, o un 2,8%, hasta 38,19 dólares por barril a las 18:00 horas (CET). La semana pasada, el WTI sube un 3,8% repuntando con fuerza desde los mínimos de mediados de junio de menos de 33,64 dólares registrados a principios de la semana.
El Brent de Londres, de referencia mundial para el crudo, sube 1,04 dólares, o un 2,6%, hasta 40,49 dólares por barril. El Brent subió un 5,3% la semana pasada.
"Las operaciones esta mañana conllevan cierto riesgo, lo que refleja la creciente confianza en que Joe Biden ocupará la Casa Blanca, pero el Partido Republicano conservará el control del Senado ... El resultado es ideal desde el punto de vista del mercado. Ninguno de los dos partidos controla el Congreso, por lo que tanto las guerras comerciales como las subidas de impuestos han quedado prácticamente descartados", explica Michael McCarthy, estratega jefe de mercado de CMC Markets en Sídney.
La amenaza inmediata para el petróleo es la preocupación del mercado sobre lo “verde" que será el Plan de energía de Biden. El presidente electo ha dicho que su propuesta de 2 billones de dólares será más ajustada y menos agresiva que el Nuevo Pacto Verde de la extrema izquierda demócrata que tiene como objetivo abordar agresivamente el cambio climático y cuestiones como la justicia social, el empleo, la vivienda y la atención médica.
Para muchos traders de petróleo, el quid de la cuestión es si las políticas de Biden pondrán una gran presión sobre el fracking y si, en última instancia, cancelarán los combustibles fósiles en pos de las energías renovables.
Goldman Sachs (NYSE:GS) dijo en una nota: "Ahora mismo, los desafíos en los mercados del petróleo están mucho más impulsados por la demanda, con la producción de la OPEP ahora en 24-25 millones de barriles al día frente a los 32 millones de barriles al día de 2015".
"La mayoría de los inversores con los que hemos hablado esperan una extensión de 3-6 meses de las cuotas de producción frente al aumento de 2 barriles al día de la producción que inicialmente se planeó antes de que las medidas de confinamiento se aceleraran en Europa. Si bien esto probablemente proporciona un límite a la baja a corto plazo para los precios del crudo al contado, el aumento de la capacidad de reserva de la OPEP+ sigue siendo un desafío".
Otro temor importante entre los traders del petróleo es la rapidez con la que Biden podría retomar el acuerdo nuclear con Irán de la era Obama, para permitir que Teherán reanude las exportaciones de petróleo que la administración Trump había prácticamente cancelado durante los últimos dos años mediante sanciones.
Un Teherán liberado de las sanciones podría añadir fácilmente entre un millón y dos millones de barriles de petróleo al día a la producción mundial, lo que afectaría gravemente a los precios del crudo en un mercado que sigue sufriendo la escasez de demanda debido a la pandemia del COVID-19. Ya ha ido aumentando la producción de Libia, otro importante miembro de la OPEP que ha regresado al mercado tras implementarse un acuerdo de paz entre las facciones en guerra del país el mes pasado.
Si bien las sanciones contra Irán se mantendrán hasta el final del mandato de Trump, la más mínima posibilidad de que Irán regrese al mercado justo después de eso podría lastrar los precios del crudo, lo que complicaría un retorno a los niveles de 40 dólares.
También lastrarán el petróleo a corto plazo las medidas de seguridad del COVID-19 que podrían limitar la actividad social y la demanda de petróleo. Biden, en su primer discurso como presidente electo el sábado, dijo que estaba formando un grupo provisional de trabajo para la gestión del coronavirus, lo que indica una mayor preocupación por la seguridad frente al enfoque relajado de la pandemia adoptado por la Administración Trump.