El mandato de Janet Yellen como presidenta de la Reserva Federal (Fed) llegó a su fin. A diferencia de muchos de sus predecesores, la presidenta saliente no ha tenido que lidiar con una economía en recesión. Su tarea ha sido más sencilla. Tuvo que iniciar, de forma discreta , aumentos de las tasas de interés y asegurar a todo el mundo que la economía de los Estados Unidos estaba haciendo un gran trabajo.
Cuanto más cerca estaba del final de su mandato, más se se esforzaba Yellen por asegurarse de que su nombre no se relacionara con el estallido de la crisis. Esto a su vez hizo que la presidenta de la Fed se permitiera ser honesta.
Mantener la estabilidad
Antes de llegar a lo que exactamente dijeron Yellen y otros presidentes de la Fed en sus estallidos de sinceridad, vale la pena recordar un principio muy importante del banco central estadounidense.
La tarea clave de la Reserva Federal es mantener la estabilidad del sistema financiero. Solía referirse principalmente a las actividades del banco central, mientras que hoy, cuando el papel de la Fed es enorme, también se refiere a las declaraciones de los representantes más importantes. Si bien los presidentes de los bancos regionales de la Reserva Federal a veces pueden permitirse palabras más honestas, el gobernador del banco central debe extremar las precauciones.
Por lo tanto, tenemos una situación en la que los presidentes de la Fed tienen un gran conocimiento de la situación real, pero comienzan a compartir sus ideas al final de su mandato o después de renunciar a su cargo.
La Fed no tiene ni idea sobre la inflación
En el caso de Janet Yellen, su declaración más interesante hasta ahora se refería a la inflación. Aquí, sin embargo, serán útiles algunos antecedentes históricos. Desde la década de 1980 la Fed comenzó a introducir trucos para reducir la inflación oficial. Fue una medida importante, ya que una menor inflación oficial permitió mostrar un mayor crecimiento del PIB, que por supuesto dependía en gran medida de los gobernantes.
Los cambios posteriores en la metodología del cálculo de la inflación han provocado que las herramientas más frecuentemente utilizadas por la Fed dejen de tener alguna conexión con la realidad. La pérdida de miembros de la Reserva Federal también se notó en sus relaciones con los medios. Por ejemplo, en una declaración de julio se afirmó que:
- La mayoría de los miembros del comité esperan que la inflación aumente en los próximos años.
- Muchos miembros creen que la inflación se mantendrá por debajo del 2% durante un período más largo de lo que se supone actualmente.
- Varios miembros creen que el método de proyección de la inflación utilizado por la Fed no está funcionando correctamente.
- Algunos miembros han revelado su creciente preocupación por la inflación.
Como puede ver, tales mensajes solo pueden causar una gran confusión. La propia Janet Yellen disipó las dudas, al asegurar al final del año que el método utilizado por la Fed para calcular la inflación "no era perfecto".
Ahora recuerde cuál es la tarea principal de la Fed: mantener la estabilidad. El presidente de la Reserva Federal no debería hablar tan abiertamente. Entonces, cuando Yellen dijo que la metodología "no es perfecta", en un lenguaje más sencillo, nos da a entender que la Fed no tiene ni idea de lo que está sucediendo con la inflación.
Un arranque de sinceridad por parte de Yellen era muy necesario. El Mercado recibió con agrado el tener que hacerse responsible de sí mismo y mostró muy claramente lo que está sucediendo con la inflación. En las siguientes semanas tuvimos:
- Un aumento dinámico en el rendimiento de los bonos, es decir, una caída en sus precios (léase: la inflación está creciendo).
- Un aumento de las materias primas (léase: la inflación está creciendo).
- Un rally del oro (léase: la inflación está subiendo).
El rol del oro
Durante su mandato, Janet Yellen también nos recordó a Alan Greenspan, jefe de la Fed de 1987 a 2006. Hace aproximadamente un año, Greenspan llamó la atención sobre la aceleración de la inflación y agregó que la mejor inversión para el período de aumentos de precios es la inversión en el oro. El ex presidente de la Fed también dijo que considera que el oro es la principal moneda mundial. Es el único activo, junto a la plata, que no requiere una garantía de terceros.
La declaración de Greenspan fue vista como un retorno a los puntos de vista de su juventud, cuando escribió las siguientes palabras, extremadamente importantes:
En ausencia del patrón oro, no hay forma de proteger los ahorros de la confiscación a través de la inflación. No hay un medio seguro de salvacion. (...) La política financiera del estado de bienestar requiere que los propietarios no tengan nada que defender. Este es el vil secreto de las diatribas de los protectores del estado de bienestar contra el oro. El gasto de dinero prestado por el gobierno es un diagrama simple de la confiscación de la propiedad. El oro se interpone en el camino de este proceso insidioso. Él es el guardián de los derechos de propiedad. Una vez entendido, es más fácil entender por qué los estadistas se oponen al patrón oro.
Tanto antes como después de su trabajo en la Fed, Greenspan hizo hincapié en el papel del oro. El período en el que padeció de esclerosis coincidió cuando era presidente de la Reserva Federal, en los años 1987-2006. En ese momento, Greenspan no era tan comprensivo con el oro.
Todo lo contrario. Durante su mandato, será recordado por una increíble tasa de crecimiento de los préstamos a todos los niveles: gubernamental, corporativo y privado. En el cuadro siguiente se puede ver el efecto que provocó:
Fuente: zerohedge.com
Además de volver a creer en el oro, Greenspan también atrajo la atención de los inversores con sus advertencias. Hace unos meses afirmó que hay una burbuja especulativa en el mercado de bonos. A comienzos de 2018, Greenspan decidió que ya teníamos una doble burbuja: acciones y bonos.
Nunca escuchará esas palabras de un presidente de la Fed durante su mandato.
El propio Greenspan nos confirma este punto, pues durante su mandato mantuvo "en voz baja" una gigantesca burbuja on-line. A pesar de las absurdas valoraciones, nunca se atrevió nombrar las cosas por su nombre.
Ben Bernanke, que durante su mandato (2006-2014) no se dio cuenta de una burbuja en el sector inmobiliario, se comportó de manera similar. Aún peor, ni un año después del estallido de la crisis se dio cuenta del problema.
El motivo de la ceguera de los presidentes de la Fed es siempre la misma: el deseo de mantener la estabilidad. Cueste lo que cueste
"Tenemos un 16% de desempleo"
Hablando de Bernanke, sus arranques de sinceridad eran más frecuentes. Un día de 2011, después de beber unas cuantas copas de más, el entonces jefe de la Fed valoró el estado de la economía estadounidense de forma más sincera.
Bernanke dijo que la tasa de desempleo real fluctaba alrededor del 16% (oficialmente en ese momento era el 8,5%). Por supuesto, no es ninguna noticia para los lectores atentos, pero es bueno que el presidente de la Fed confirmara nuestras suposiciones.
En el mismo contexto, Bernanke mencionó que la tasa real de crecimiento económico de EE. UU., en un escenario optimista, era del 0,7%. El presidente de la Fed enfatizó que si todo el mundo se enterase, tendríamos una parálisis de los mercados financieros de todo el mundo, incluidas las economías emergentes, incluso aquellas que están poco conectadas con el resto del mundo.
En otras palabras, el beodo Bernanke dijo cuál era su prioridad: mantener la estabilidad.
Conclusiones
Respondiendo a la pregunta del título, vale la pena prestar especial atención a las declaraciones de los presidentes de la Fed después del final de su mandato (o cerca de su final). No toda la información es servida en bandeja de plata. Hay que profundizar para obtener la verdad, pero vale la pena. Gracias a esto tenemos una gran oportunidad de obtener una imagen real de la situación (algo de incalculable valor en un mundo lleno noticias falsas).
A su vez, adoptando un punto de vista puramente de inversión y analizando las declaraciones de Yellen y Greenspan, la conclusión es que nos espera un fuerte aumento de la inflación.
Por un lado es el cumplimiento de los deseos de los gobiernos (la inflación devalúa la deuda, mientras que la clase media pierde de los ahorros), pero, por otro lado, esta situación es letal para el mercado de bonos. Hoy es particularmente visible. Los precios de los bonos están cayendo tan rápido que pronto será necesaria la intervención de uno de los principales bancos centrales. Lo más probable es que sea la Fed, que iniciará otra ronda de compra de bonos y aumentará sus precios.
Luego llegaremos al escenario deseado por los políticos y los banqueros centrales: la inflación devorará nuestros ahorros y devaluará la deuda, mientras que el mercado de bonos evitará el colapso por algún tiempo.