Se venía debatiendo entre los expertos desde hace días, pero la semana pasada el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, volvía a hacer saltar las alarmas.
“No vamos a invadir ningún otro país, como tampoco hemos invadido Ucrania”, decía Lavrov en su comparecencia tras el fracaso de una nueva ronda de negociaciones con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.
Para Rusia, lo que inició el pasado 24 de febrero no es una invasión, es una “operación especial”. Una operación especial que ha dejado miles de muertos y ha provocado hasta el momento el éxodo de más de 2,5 millones de personas en una huída desesperada fuera de Ucrania, según la ONU. Un éxodo nunca visto desde la Segunda Guerra Mundial.
Entre las demandas de Rusia se encuentran garantías legales de que Ucrania nunca se unirá a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y tendrá el llamado "estatus neutral" con respecto a la alianza militar.
Ucrania ha señalado que está abierta a discutir la demanda de neutralidad de Rusia y está lista para una solución diplomática al conflicto. Sin embargo, también ha dicho que debe recibir garantías de seguridad de sus aliados en EE.UU. y la OTAN, y no solo de Rusia.
Rusia también exigió que Ucrania reconozca a Crimea, que anexó en 2014, como territorio ruso, y reconozca la independencia de las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk en la región de Donbass. Por su parte, Ucrania ha dicho que no está dispuesta a ceder nada de su territorio a Rusia.
Algunos expertos apuntan que la estrategia del presidente ruso, Vladimir Putin, no se queda solo en la invasión de Ucrania, y apuntan a Polonia como posible próximo objetivo.
“Si nosotros ya no estamos, entonces Lituania, Letonia y Estonia serán los siguientes”. Así alertaba hace 2 semanas Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, del peligro que corren las naciones de la antigua Unión Soviética ante la amenaza rusa, especialmente si Ucrania no consigue resistir el ataque.
Estos 3 países bálticos son las únicas ex repúblicas soviéticas que se han adherido a la Unión Europea y la OTAN después de la caída de la URSS, la antigua Unión Soviética.
En el punto de mira también está Polonia. En una operación que era secreta pero terminó saliendo a la luz, según desvela Politico, el Gobierno polaco iba a poner su flota de aviones MiG a disposición de Estados Unidos para suministrarlos a Ucrania, una idea que el país norteamericano rechazó al filtrarse la operación.
Zelensky había pedido más aviones en medio de la invasión rusa.
Recordamos que Putin amenazó a los países occidentales advirtiendo de que cualquier ayuda militarizada a Ucrania podría tener consecuencias.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, viaja estos días a Polonia y Rumanía. Ambos países, miembros de la OTAN, se encuentran en la frontera con Ucrania y están recibiendo estos días a un gran número de refugiados ucranianos, sobre todo Polonia.
“Los miembros orientales de la OTAN, como Polonia, temen que Vladimir Putin tenga sus ojos puestos en ellos, y Estados Unidos está haciendo horas extras para asegurarles que su seguridad es primordial”, publica CNN.
No obstante, en medio de las tensiones con Rusia, la Administración Biden ha desplegado miles de tropas adicionales en las bases de Polonia.
El ministro de Defensa de Polonia, Mariusz Blaszczak, decía a principios de febrero que Rusia tiene la intención de “reconstruir el imperio ruso a manos de Vladimir Putin”.
El pasado viernes conocíamos que Rusia atacaba 3 nuevas ciudades en Ucrania. Las tropas rusas han bombardeado Dnipró, Lutsk e Ivano-Frankivsk, las dos últimas en el oeste de Ucrania. Concretamente, Lutsk se encuentra a 87 kilómetros de Polonia, e Ivano-Frankivsk, a 153 km de Rumanía.
Aunque el objetivo supuestamente sigue siendo el avance hacia Kiev, la capital ucraniana, los expertos advierten que Putin está desplazando sus tropas hacia el oeste del país ucraniano, o bien ampliando el despliegue militar.
En la madrugada de ayer domingo, el Ejército ruso lanzó 30 misiles contra una base militar en la región de Lviv, en el oeste del país, a tan solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia.
También hemos sabido que Rusia va a reforzar su presencia militar en sus fronteras del oeste, las que tiene con países de la OTAN, según una petición formal realizada por el presidente Vladimir Putin, a su ministro de Defensa, Sergey Shoighu, informaba EFE el viernes.
Según la agencia rusa de noticias TASS, Putin dijo en una reunión del Consejo de Seguridad ruso que el fortalecimiento de las fronteras occidentales del país tiene relación "con las acciones que los países de la OTAN han ido adoptando en la misma dirección".
No obstante, sigue habiendo mucha cautela en torno a que Putin quiera ir más allá. “Si Putin aspira a un pedazo más grande de Ucrania, las fuerzas de la OTAN podrían terminar oponiéndose a él. Si Putin atacara directamente a las fuerzas de la OTAN, el artículo 5 de la Carta del Atlántico, el documento fundacional de la organización, exigiría a todos los países de la OTAN responder militarmente”, publica Squire.
Esto significaría el comienzo de la Tercera Guerra Mundial.
De momento, Estados Unidos asegura que Rusia ha pedido a China que le suministre armamento y ayuda económica. China lo niega. Y, mientras, se ha sabido que un dron que se estrelló en Zagreb (Croacia), era de fabricación rusa y contenía una bomba. Antes, habría sobrevolado 3 países de la OTAN: Rumanía, Hungría y Croacia.
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