Tras el previsiblemente flojo dato de empleos de Estados Unidos, y del festivo del lunes, los mercados vuelven a trabajar a pleno.
Lo novedoso es que pese a que la cifra de empleos volvió a estar por debajo de lo esperado, el dólar no cayó sustancialmente, y parece preparar un nuevo ataque en todos los frentes.
Claro, la situación no es igual en todas las paridades. Naturalmente, la libra esterlina luce como la moneda más perjudicada en el año, producto del Brexit, que día a día va tomando forma. La bajada abrupta de la libra de fines de junio puede tener justificación, aunque nadie ha acertado en explicar el golpe de mercado que sufrió la semana pasada, cuando en dos o tres minutos cayó de 1,26 a 1,1450 para retornar a 1,24 en media hora.
¿La crisis del Deutsche Bank (DE:DBKGn), estará ajena a todo esto? ¿O será que entre muchos habrá que pagar la sobre exposición al riesgo de una entidad que es formadora de precios?
La libra sigue con riesgos de baja, aunque desde lo fundamental tiene motivos como para cotizar bastante por encima de su precio actual. En nuestra opinión, y pese a que puntualmente esta semana puede volver a perder terreno, finalizará este año por encima de 1,35.
El euro, en tanto, no logra despegar de un rango de precios estrecho, aunque ha ingresado en una tendencia bajista que puede profundizarse debajo de 1,1050, en cuyo caso 1,0915 será el objetivo a seguir en los próximos días.
Por su parte, el yen puede acercarse de nuevo a 105 próximamente, y en su caso, la entrada del yuan en vigencia como moneda de reserva del FMI puede tener que ver en la baja que sufre. El yen es otra divisa que tiene bastante más para perder en este último trimestre del año.
El martes asoma como un día de relativa tranquilidad en los mercados, aunque, como queda dicho, el dólar luce como ganador de la contienda ante las monedas principales.