Desde la caida de Lehman Brothers, su impacto en la economía norteamericana y su efecto en el resto de economías de primer orden desde el año 2008. Ha desembocado en estos seis últimos años en especulaciones propias de lo acontecido y sus devastadores efectos. Empezando por la desregulación de la banca, la no supervisión y control de determinadas acciones regulatorias, la caida de grandes firmas, la ambición desbocada y los efectos que todo ello tenía en la economía real.
Todo ello, y siendo EE.UU la génesis de tales efectos a escala mundial, hizo especular acerca de la decadencia de norteamérica como potencia mundial. La fortaleza de los paises emergentes como China o India, la fortaleza del euro respecto del dólar y los efectos en la llamada sociedad de consumo que se tambaleaba como así mostraban los indicadores económicos.
Las cifras macro aparentemente mostraban un cambio en la hegemonía económica mundial. Esas eran las lecturas de muchos refutados analistas. Todo ello estaba avalado por las políticas de la reserva federal haciendo cosas que en un principio eran muestra de intentar mantener la economía de EE.UU bajando los tipos casi al 0%, inyectando liquidez al mercado a costa de endeudar el pais sin que los resultados fueran los esperados. Todo ello era el cuadro de un enfermo en el que no acababa de mejorar mientras otros parecían consagrarse “superando” las expectativas en el corto y medio plazo.
Hasta aquí podría decirse en cuanto al diagnóstico de la situación.
Parece ser, que EE.UU ha estado trabajando paralelamente a las políticas que el gobierno de Obama y la FED estaban practicando. Parte de sus recursos económicos han sido destinados a estudiar la posibilidad de seguir siendo potencia mundial en el futuro y de intentar mantener el sistema capitalista y de consumo que hasta la fecha había hecho de ellos la referencia mundial en muchos aspectos, no sólo en lo económico.
Una de las principales tareas ha sido el aspecto energético. De qué manera podrían abaratar sus costes de producción para ser una economía competitiva y poder seguir siendo referente y competir con los emergentes. En este sentido, sólo cabía una variable a considerar. ¿Cómo podemos ser menos dependientes energeticamente?. EE.UU es un pais dependiente energeticamente, el gas y el crudo lo importan, bien de sudamérica, paises árabes y Rusia fundamentalmente.
Ser menos dependientes en pro de poder generar sus propios recursos energéticos haría abaratar sus costes productivos por un lado, por otro hacer mucho daño a aquellas economías de las que dependían ya que éstas dependían fundamentalmente de la demanda de gas y crudo para abastecer un pais de 400 millones de personas muy consumistas.
EE.UU ha sabido no sólo no ser importadores energeticamente sino poder llegar a ser en el corto plazo exportadores. Esto, desajusta todo el equilibrio mundial.
EE.UU ha encontrado la técnica para obtener su propios recursos energéticos y así autoabastecerse. Ha sabido desarrollar la técnica suficiente para hacerlo posible y eso hace tambalear a los paises de la OPEP.
Europa puede quedarse aislada y depresiva durante muchos más años de lo que se esperaba por este cambio de modelo que está a punto de surgir en los próximos años. También los emiratos árabes que habían sido referente de crecimiento por su liderazgo energético, China por sus reducidos costes laborales productivos al igual que la India.
Síntoma de lo que aquí hoy escribo es la retirada de los estímulos por parte de la FED a la economía norteamericana. El alza de tipos cabe esperarlos en el primer trimestre del 2015. Síntomas de una política económica marcada por la posibilidad ya real de que EE.UU sea energeticamente autosuficiente y en el medio plazo exportadores.
Juzguen ustedes si van a cambiar las reglas del juego mundiales.