"Artículo demoledor el que publicaba a finales de octubre The Wall Street Journal: El error que ayudó a ampliar la distancia entre ricos y pobres en EE.UU.: Millones de estadounidenses cometieron, sin quererlo, un clásico error de inversión que contribuyó a la creciente desigualdad económica de hoy: compraron cuando los precios estaban altos y vendieron cuando bajaron. En el último tramo de los mercados alcistas de la década de los 90 y de la siguiente, más familias estadounidenses se abalanzaron a las bolsas al ver el alza de los índices. Luego, cuando las bolsas se tambalearon, muchos vendieron sus acciones y asumieron las pérdidas. Los inversionistas que aguantaron durante los recientes colapsos recogieron los frutos, conforme las acciones casi se han triplicado entre 2009 y hoy...¿Y ésto a cuento de qué? Todos los años por estas fechas se repite la misma historia: el efecto manada de las sociedades de Bolsa y bancos de inversión respecto a las previsiones para el año próximo. Esto ocurre cuando varios participantes del mercado consideran que el juicio de otros participantes es el adecuado porque probablemente cuenten con mejor información, y en consecuencia deciden imitar sus acciones. Esta situación conduce a una sobrerreacción en los mercados que amplifica cualquier movimiento inicial...".
"El asunto es saber qué origina el comportamiento o las acciones del grupo “líder”, porque hay indicios suficientes que evidencian que las noticias suelen funcionar como un factor iniciador de una cadena de eventos que pueden modificar fundamentalmente las percepciones del público sobre el mercado. Llega el momento de repasar las recomendaciones. En nuestra gestora aconsejamos huir del efecto manada que se da, tanto entre los participantes en el mercado, como entre los analistas bursátiles. Tampoco creemos en la bola de cristal…”.
"Si ustedes siguen atentos el discurso, muy prolífico en los últimos años por estas fechas, de las agencias de valores, sociedades de Bolsa y bancos de inversión respecto a los que nos deparará 2013 en términos bursátiles, habrán observado que la mayoría de los conferenciantes apuestan por un incremento medio de la volatilidad, en este caso con tendencia al alza del precio de las acciones, del 10% para el conjunto de las Bolsas. Si ustedes hacen memoria o, en su defecto, dirigen sus pasos hacia la hemeroteca comprobarán cómo el año pasado dijeron lo mismo. También apuntaron idéntica cifra un año y otro y otros más antes ¿Por qué el 10%? Porque es una frase acuñada...".
“Por eso, esta frase ya no significa nada pese a la reiteración de la misma en los informes de situación y de estrategia. Siempre he dicho que la facilidad con que unos analistas copian los mensajes de otros, y al revés, es pasmosa. Se trata de una especie de liturgia que perdura con el paso del tiempo, año tras año. Que la Bolsa subirá un 10% el próximo ejercicio, es algo que los párvulos aprendieron en las primeras lecciones bursátiles. Que nunca se cumple la profecía es algo, del mismo modo, que todo el mundo que sigue los movimientos del mercado conoce bien…”.
“¿Por qué tanto empeño? Porque nadie quiere desentonar. Hay miedo a que los altos mandos descalifiquen al analista jefe de turno, porque sus pareceres divergen de la mayoría. A los presidentes de los grandes bancos de inversión y de otras tantas firmas del mercado les interesa, ante todo, seguir muchos años en la poltrona. Para ello, lo mejor es no desatar las iras del contrario, no llamar la atención. Por eso, la mayor parte de los analistas, representantes de otras tantas firmas del mercado, adoptan posturas borreguiles…”.
“Con la cantinela del 10% sucede lo mismo que con el listado de los valores recomendados. Si observan el consenso de recomendaciones para el año que viene, estoy seguro que apenas diferirá del publicado el año pasado y durante los años anteriores. Se repite la vieja historia de sota, caballo y rey, es decir, Telefónica, BBVA, Santander, Iberdrola, Repsol y algunos grandes valores más son los favoritos en los listados de recomendaciones. Luego, año tras años, queda demostrado que hay un gran puñado de títulos que se comportan mejor que los valores líderes…”
"Analistas de renombre, que luego actúan en sentido contrario a lo que predican en los informes oficiales, reconocen, sin ambages, que nunca serán despedidos de sus puestos de trabajo si sus recomendaciones se ajustan a las del consenso, aunque sean catastróficas. Sí, pueden ser despedidos, incluso repudiados por sus clientes, si se salen del tiesto con otras recomendaciones. O sea, que la Bolsa subirá o bajará en 2013 cualquier porcentaje menos el 10%...”.
(De la conversación mantenida con el director de Bolsa de una gestora española).