Tal como se esperaba, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda mantuvo los tpos de interés oficiales sin cambios en un mínimo histórico del 1,75%. Además, Graeme Wheeler no cambió su punto de vista sobre la sobrevaloración del dólar neozelandés; en cambio, repitió la necesidad de un Kiwi más débil "para lograr un crecimiento más equilibrado". También disipó los temores relativos a la creciente presión inflacionista, argumentando que el pico era temporal, derivado de un aumento temporal de los precios de las materias primas.
En general, el tono de la declaración sugiere que el banco central de Nueva Zelanda está dispuesto a tolerar una inflación más alta con el fin de permitir un Kiwi más débil. Esto puede ser una buena decisión sobre todo porque la inflación subyacente se ha acelerado a un ritmo más lento que la inflación general. Sin embargo, nos cuesta mucho creer que el mercado vaya a colaborar.
De hecho, el Kiwi ha sido una de las monedas de peor desempeño entre el complejo de las monedas de las materias primas (+1,8 % frente al USD), especialmente frente al dólar australiano (+6 % frente al USD). Pensamos que el Kiwi tiene espacio para una mayor apreciación, especialmente contra el Aussie.
El AUD/NZD ya ha caído un 1,6 % desde mediados de marzo y ahora se dirige hacia la siguiente zona de soporte clave de entre 1.08 y 1.07 (nivel psicológico y retroceso de Fibonacci del 38.2 % en el repunte diciembre-marzo).