La reunión del Banco Central Europeo de hoy es crítica. Los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han estado tranquilos sobre la normalización, por lo que la reunión de hoy debería dar una pista sobre las ideas de Draghi y compañía sobre cualquier reducción de la flexibilización cuantitativa o las alzas de tipos. La desaceleración del crecimiento europeo del último trimestre perjudicará las perspectivas del PIB.
Los bajos precios están enviando la inflación subyacente de nuevo hacia los mínimos del ciclo. La línea corporativa del BCE es que los riesgos son transitorios y equilibrados. Pero teniendo en cuenta este bache económico, nadie se sorprendería ante una pausa en la postura de línea dura del BCE. Dadas las preocupaciones económicas inquietantes, el riesgo es cada vez mayor de una posible postergación de la decisión anticipada sobre un ajuste en junio o julio.
Mientras tanto, el riesgo político y la euforia están creciendo en Italia, España y Grecia, algo que podría cambiar las ideas del BCE. El reciente y fuerte aumento en las tasas de interés en las economías periféricas sugiere condiciones financieras más estrictas para las naciones más débiles de la región. Sin embargo, la amenaza de un choque no hará sino reforzar el deseo del BCE activar su política monetaria, ya que tiene pocas opciones para gestionar una crisis. Los tipos ya son negativas y la compra de bonos se está dirigiendo a una escasez de oferta.
Al igual que con la Reserva Federal de Estados Unidos en 2013, la necesidad de eliminar la política extrema para recuperar el poder de fuego supera la debilidad económica temporal. Dada la debilidad en el EUR/USD, el mercado está subestimando el compromiso del BCE hacia la “normalización”.