Después de alcanzar 1,1711 contra el franco suizo, su nivel más alto desde que el Banco Nacional de Suiza (BNS) eliminara el suelo de 1,20, el EUR/CHF empezó a revertir las ganancias en la estela de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del jueves pasado.
Mario Draghi se anotó un punto muy bueno durante la rueda de prensa, ya que logró anunciar una reducción en la compra mensual de activos de 30.000 millones por mes, que indudablemente se está ajustando, mientras que al mismo tiempo su declaración sonó moderada. El truco consistió en afirmar que esto no es un "tapering", sino más bien un pequeño ajuste para incorporar la mejora de la situación económica. La guinda del pastel fue el recordatorio de Draghi de que el banco central estaría dispuesto a cambiar de postura en caso de que la situación lo exigiera.
Los últimos meses han sido días de fiesta genuinos para el Banco Nacional de Suiza, ya que el EUR/CHF se ha mantenido en aumento. Los depósitos totales a la vista en el BNS se han estabilizado en torno a 578.000 millones de francos suizos desde principios de mayo. Los depósitos a la vista domésticos han perdido 22.300 millones desde julio; sin embargo, esta disminución fue compensada por un aumento de “otros depósitos a la vista”.
Creemos que la probabilidad de una mayor alza del EUR/CHF es bastante limitada en el corto plazo, ya que los operadores están adoptando progresivamente una postura más moderada sobre el par. Además, la crisis catalana recordó a todos que la Unión Europea no está tan unida como afirma Bruselas.
Por otra parte, hay poco incentivo para que los inversores apuesten por un cambio brusco en el EUR/CHF, dado que la divergencia de la política monetaria está claramente a favor de la moneda única. Además, el BNS está lejos de elevar las tasas de préstamos. Por tanto, un periodo de estabilización es el escenario más probable.