El buen dato de empleo en EE.UU. no detiene las bajadas en Wall Street

El buen dato de empleos de Estados Unidos de octubre, conocido el viernes, no bastó para detener la fuerte baja de las acciones principales de la bolsa del Nueva York. Los futuros del índice Dow Jones iniciaron la semana con una vela que técnicamente ya quebró una línea alcista de largo plazo; la confirmación de dicho quiebre, que podría producirse si cae de los 12700 puntos, daría lugar a una fuerte recomposición del dólar en todos los frentes.

Este movimiento explica la también importante baja del euro de los últimos dos días. La moneda única lucha con un dólar que se fortalece a medida que caen las acciones, y contra sus males propios. ¿Cuáles son estos males? En primer lugar, la incertidumbre que produce en la masa de inversores la situación de España y Grecia, seguida de la falta de decisión política para encarar soluciones sustentables a la crisis que azota al viejo continente.

Es difícil no caer en la comparación de cuáles son las posturas que toman Europa y la Fed en momentos similares. Ben Bernanke, Presidente de la Fed, no decide solo sus acciones. El FOMC, organismo formado por 8 presidentes de distintas Reservas Federales, sobre un total de 12, distribuidas estratégicamente por todo el país, toma medidas que, a la larga, pueden juzgarse como acertadas o erradas, pero que no dejan lugar a dudas.

Los llamados QE3, la operación Twist que fue extendida ya varias veces, la última sin plazo de finalización, entre otras medidas, por supuesto no han sido lo exitosas que pretendían, pero sí le han dado a la Fed un halo de poder poco discutible. El resultado es que, en términos generales, Estados Unidos se está recuperando económicamente, si bien con parámetros mucho más débiles de lo esperable.

Del lado de Europa, la política, que en la Fed no se hace tan presente, está haciendo lo suyo. A sus respectivos turnos, la Comisión Europea, la Unión Europea, el Banco Central Europeo, todos deciden, toman acciones, o mejor dicho, las anuncian, con plazos que a menudo exceden los 6 o 7 meses para su puesta en marcha. Al cabo, es Alemania quien decide si esas medidas se llevarán a cabo o no, y su líder, Angela Merkel, mira más el impacto que le generarán en las urnas a ella misma y a su partido, que el beneficio que podrán tener en la eurozona.

En España, los ajustes se anuncian en función de los resultados electorales regionales, mientras se van conociendo datos de desempleo que son cada mes peores. En Italia, si bien Mario Monti está tratando de imprimir algo de formalidad a la crisis que también azota a la península, no se ven resultados positivos. Y Grecia es el último escalón. Desde la falsificación de datos que la Unión aceptó para su ingreso al euro, hasta los disparates políticos que se suceden día a día, llena de dudas a los grandes capitales internacionales, los mismos que Merkel trata de convencer de que Europa es el mejor lugar para invertir.

El euro, como tantas veces lo dijimos, se mantiene por encima de 1,20 solo a merced de una debilidad del dólar a nivel general, buscada por Estados Unidos como una forma de aliviar sus propias deudas. Pero una recuperación más sustentable de la primera economía del mundo lo hará perder terreno en forma acelerada.

El resto de las monedas líderes no ha cambiado sustancialmente su panorama. La libra cayó de 1,60, pero no se aleja de allí; el yen, en el corto plazo, podría crecer por debajo de las 80 unidades, aunque su tendencia para los próximos meses asoma bajista.

El dólar canadiense y el peso mexicano se mueven a la par del petróleo, por ahora sin cambios importantes, y cerca la paridad y las 13 unidades respectivamente. Y el dólar australiano parece estabilizarse entre 1,03 y 1,05 sin salir de dicho rango, y sin miras de que lo haga en las próximas jornadas.

El proceso electoral de Estados Unidos tendrá la palabra en las próximas horas. Los mercados miran nuevamente con desconfianza al Presidente Obama, y bregan por un triunfo del candidato Romney, que evite una regulación mayor de la plaza financiera de Nueva York. No hay resultados claros por ahora, y tal vez, una baja de las acciones sea el reflejo de un triunfo de Obama, y viceversa. El precio del Dow Jones, que se mueve justo en una línea de tendencia de largo plazo, parece mostrar, a modo de péndulo, el ánimo de los inversores.