Es cierto que había algunos "nubarrones" que podían hacer dudar del dólar australiano (AUD), tales como la evolución de la economía de China, los precios de las materias primas (commodities) y el estancamiento de la economía australiana. Pero todo eso era pasajero y las aguas vuelven a su cauce.
Veamos las razones macroeconómicas que me inducen a pensar en esta divisa como apuesta interesante de cara al 2013.
El dólar australiano se podría beneficiar de que los Bancos Centrales prefieran esta divisa de cara a diversificar sus reservas, por encima del euro y el dólar norteamericano. Por tanto, este hecho implicaría un flujo de capital hacia el AUD.
La evolución de la economía china es clave para esta divisa, ya que Australia es el principal socio comercial del gigante asiático, de manera que cuanto mejor esté la economía china mejor para Australia y su divisa.
Las exportaciones de China están en auge y mantienen el tono alcista, alcanzando máximos de siete meses. La demanda de bienes extranjeros sigue incrementándose. Además, los precios del hierro y el acero en China parece que se mantendrán al alza.
El déficit comercial de Australia podría comenzar a estabilizarse. Recordemos que el pasado mes de noviembre alcanzó su peor nivel desde el año 2008. Técnicamente hablando, presenta estructura alcista, sin ninguna debilidad aparente en el corto plazo mientras el precio se mantenga por encima de 1,0350.
Si recortase, podría ser interesante la zona de doble pivote de 1,0136-1,0169 de cara a adoptar posiciones de compra.
Necesita romper por arriba 1,060 para tener un nuevo impulso alcista. Mientras esto no suceda, no habrá reanudación de la tendencia.
Vigilaría la zona de 1,0808, ya que seguramente en el primer intento no pudiera romperla y podría permitir aprovechar el rebote a la baja.