El dólar presenta un comportamiento mixto ante las divisas principales en la sesión europea del jueves, a la espera del dato de inflación minorista en Estados Unidos, que se conocerá a las 8:30 del este.
La divisa estadounidense ha frenado su impulso alcista de los últimos días el martes, luego de la primera de dos presentaciones de la presidente de la Fed, Janet Yellen, ante el Congreso norteamericano. En su alocución del miércoles, ante la Cámara de Representantes, dejó conceptos generales y sin sorpresas respecto al día anterior.
La incógnita central de los mercados pasa, como viene sucediendo desde varios meses atrás, por el momento en que la Fed comenzará a normalizar su política monetaria, a través de un incremento de tipos de interés. Los dos días de discurso de Yellen dejaron en claro que esto no ocurrirá en los próximos encuentros del organismo, previstos para marzo y abril, aunque nada dijo sobre el futuro más allá de estas reuniones.
En ese contexto, algunas monedas aprovechan las dudas del dólar para ganar terreno. El yen, que parecía desplomarse a inicios de semana, vuelve sobre sus pasos y cotiza por debajo de 119 en estas horas, con una tendencia que favorece su crecimiento en la sesión americana. El quiebre de 118,45, primer soporte del par USD/JPY podría extender sus ganancias, buscando en su caso 118,20 y 117,95.
La libra esterlina, en tanto, apoyada en diversas presentaciones del Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, que habló de perspectivas alcistas de inflación en Reino Unido para los próximos meses, gana terreno y se acerca a su máximo del año.
El precio de la libra podría alcanzar 1,5585 próximamente, cubriendo de este modo un gap que dejó en ese nivel el 2 de enero pasado. El gráfico de 4 horas presenta una tendencia alcista apoyada en una línea que tiene un punto de apoyo en el precio actual de 1,5515, desde donde podría iniciar un nuevo movimiento alcista para el resto de la jornada.
También el dólar australiano y el dólar neocelandés recuperan posiciones desde la sesión del miércoles. El PMI de servicios de China, principal mercado de exportaciones de Australia y Nueva Zelanda, que entró nuevamente este mes en zona de expansión (una medición por encima de los 50 puntos), ayudó a ambas monedas, que podrían extender sus ganancias a la sesión americana de la fecha.
Por su parte, el euro permanece casi inmóvil, con tantos motivos para desplomarse como para recuperar posiciones en el futuro próximo, y con pronósticos bien fundamentados en ambos casos. Por un lado, la quietud de la Fed podría hacer retroceder al dólar, ayudando a la divisa única, que tendrá en ese caso una fuerte barrera en la zona de 1,1650, lejos del nivel actual.
En la hipótesis bajista, la colocación de una montaña de euros desde marzo debería impactar negativamente en su precio, con un objetivo en el algo más cercano 1,12, y un segundo soporte, más importante aún, en el mínimo de los últimos 11 años, en 1,11.
Así las cosas, no esperamos una sesión americana especialmente atractiva aunque, como queda dicho, el dato de inflación de Estados Unidos podría impactar, a falta de otros anuncios, en los pares del dólar.