Los últimos datos del Banco de España sugieren que la mejora de nuestra economía dependerá en gran medida de las exportaciones. Éstas crecieron un 1,9% en términos anuales en los dos primeros meses del segundo trimestre gracias a la mejora de la competitividad motivada por la rebaja de los costes salariales y la caída del euro. Si tenemos en cuenta que esta alza fue en total de un 10,6% para las efectuadas con "el resto del mundo", el tipo de cambio del euro respecto al dólar estadounidense cobra una muy especial relevancia.
Entre las muchas carencias de la zona euro destaca la de una política de tipo de cambio definida. De hecho, el euro se ha movido casi desde su creación al son que le han marcado otras divisas o, lo que es lo mismo, las políticas de tipo de cambio establecidas por Gobiernos o bancos centrales de otros países.
La revalorización del euro con respecto al dólar por encima de 1,60, que provocó una merma notable en nuestra competitividad, fue la consecuencia de compras masivas por parte del banco central de China, que diversificaba sus reservas -en su mayor parte dólares norteamericanos-, para regocijo de las autoridades de Estados Unidos.
La política de este país con respecto a su moneda ha sido claramente devaluatoria desde hace décadas. Desde el acuerdo del hotel Plaza en 1985, tanto el valor del dólar como sus tipos de interés no han hecho más que caer. A pesar de que los secretarios de Economía y los gobernadores de la Fed no han dejado de entonar el mantra de que "un dólar fuerte está dentro del interés de los Estados Unidos", sus acciones no eran coherentes con lo que predicaban. Lo último que han llevado a cabo en este sentido ha sido la implementación de una tercera ronda de QE (quantitative easing) que ha depreciado al dólar contra el euro desde 1,22 hasta 1,30.
La reelección de Obama no cambiará esta política -tampoco lo hubiera hecho una victoria de Romney- que de manera evidente va en contra de los intereses de la mayor parte de países de la UE, y especialmente del nuestro.
Miguel A. Rodríguez
Analista