En los últimos días, el franco suizo hizo una reaparición sólida a raíz de la agudización de la crisis en Turquía y las crecientes preocupaciones de un contagio en los mercados emergentes. Después de caer más de un 5 % a principios del verano, mientras las elecciones italianas dañaban la unidad europea, el EUR/CHF cayó otro 4 % en el último mes en medio de las tensiones de la guerra comercial. No hay duda de que el Banco Nacional de Suiza ha tenido un verano estresante, ya que los inversores volvieron al franco suizo y a los activos de refugio de forma generalizada.
De acuerdo con el informe semanal del BNS, el banco central no ha intervenido en el mercado de divisas desde julio de 2017. El total de depósitos a la vista se ha mantenido estable en torno a CHF 575.000 millones, con un máximo de CHF 579.700 millones en agosto pasado. En nuestra opinión, el franco suizo no se ha apreciado frente al euro lo suficiente como para desencadenar la intervención del BNS. El informe del lunes dará la respuesta. El par de divisas actualmente se sitúa en 1.1360, muy por encima del piso implícito de 1.05. Además, la ola de ventas del euro parece exagerada y el alivio de las tensiones entre China y EE.UU. sólo podría ayudar a mejorar el sentimiento de riesgo general. Aunque seguimos siendo cautos en el corto plazo, el EUR/CHF tendría que subir a medio y largo plazo.