Los ministros de economía y gobernadores de bancos centrales del grupo de las 20 principales economías industrializadas y emergentes del mundo (G-20), se reunieron el fin de la semana anterior en Ankara, en Turquía. En la declaración final de la cumbre se afirmó que "El crecimiento global está por debajo de nuestras expectativas.
Nos hemos comprometido a tomar acciones decisivas para mantener la recuperación económica en marcha y confiamos en que la recuperación se acelere de nuevo", señala el documento. El grupo espera poder mejorar las perspectivas de crecimiento con una serie de medidas "cuidadosamente calibradas", asegura el texto, poniéndose énfasis en las decisiones monetarias "para minimizar los efectos negativos, mitigar incertidumbres y promocionar la transparencia".
Y se afirma con renovado énfasis que "No vamos a usar devaluaciones competitivas y resistirnos a cualquier forma de proteccionismo". Finalmente, se insistió en la necesidad de priorizar el fomento de las inversiones, habiéndose programado a tal efecto “estrategias para cada país". Entre el 15 y 16 de noviembre en Antalya, en el sur de Turquía, se realizará la cumbre de jefes de Estado del G-20.
Mientras, los mercados se movieron con mucha cautela, ante la fuerte expectativa creada por la decisión que tomará la Reserva Federal sobre sus tipos de interés, en su reunión del jueves 17. Recientemente, algunos miembros directivos del ente monetario estadounidense han manifestado su opinión de dejarlas como están, a la espera de la evolución de los mercados por la crisis china.
Además, en el tradicional simposio que el ente monetario estadounidense realizó en Jackson Hole sirvió para que el vicepresidente de la entidad emisora, Stanley Fischer, enfriara las expectativas de una inmediata subida de tasas.
Por su parte, el economista jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, opinó que la Fed debería mantener su política monetaria sin cambios hasta que la economía global se encuentre en una situación más estable.
Cabe agregar, entonces, que la reunión de política monetaria de la Fed, en la que anunciará además sus previsiones económicas, será el gran foco de atención de esta semana, en la que también en los Estados Unidos se publicarán las cifras del IPC de agosto, importante dato que también saldrá a la luz en la eurozona, mientras que en España se publicará la morosidad de la banca de julio.
En un ámbito más informativo, habrá que tener en cuenta las elecciones en Grecia del domingo 20 y la situación de los refugiados sirios. En las cinco jornadas el dólar/euro operó entre 1,1130 y 1,1350 dólares y el euro, al cierre del viernes en New York, cotizaba a USD 1,1337.
Panorama argentino: prometen autorizar más pagos de importaciones
La semana pasada se inició con un nuevo hecho insólito protagonizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). El lunes pasado, 7 de Septiembre, fue feriado en los Estados Unidos por la celebración del Día del Trabajador y, por supuesto, no funcionaron allí los mercados bursátiles, financieros ni cambiarios.
Pero aquí y antes de que comenzaran en el MULC las transacciones autorizadas por el ente monetario, uno de sus funcionarios anunció verbalmente que, por causa del feriado estadounidense, aquí no se realizarían operaciones de cambio, salvo alguna excepción, postergándolas para el día siguiente. En realidad, la orden oficial no fue cumplida por todos y se efectuaron compras a los exportadores y simultáneas ventas calzadas a importadores, que no afectaron al mercado.
No obstante, llamó la atención de que las autoridades del BCRA desconozcan que las operaciones denominadas "valor hoy", al igual que las del "valor normal", podrían haberse realizado igualmente porque los equivalentes créditos y débitos de las divisas en el exterior deben concretarse 24 horas después de las contrapartidas en pesos en el ámbito local.
Realmente, este tipo de decisiones sólo demuestran altos grados de incapacidad y autoritarismo. Y así ese día sólo se pudieron realizar operaciones por un irrisorio monto de USD 14 millones, ignorándose olímpicamente la obligación de nuestros importadores de cumplir sus compromisos de pago en tiempo y forma, como corresponde.
Pero dos días después una versión cambió, por lo menos en parte, el actual complicado escenario. Según informó el diario El Cronista, el Gobierno se habría comprometido con automotrices, las ensambladoras de Tierra del Fuego y otros sectores importadores a retomar a fin de mes el cupo mensual de divisas que había autorizado y que recortó en alrededor de 30% después de las elecciones primarias.
Es que dicha medida, dispuesta sin medir sus consecuencias, provocó luego serios problemas en la producción y, consecuentemente, crecientes suspensiones de personal. Además, un informe de la consultora Manpower aseveró que tres de cada cuatro empresas prevé despedir operarios en lo que resta del año.
La promesa del Gobierno es que a fin de mes se autorizarían más pagos de importaciones, de acuerdo con los cupos que se habían establecido el mes pasado, es decir, que las ensambladoras radicadas en Tierra del Fuego volverían a tener cada mes USD 300 millones disponibles, las automotrices USD 200 millones (más USD 30 millones adicionales para nuevos modelos) y los fabricantes de motos USD 30 millones.
Ahora se han sumado también a estos reclamos las empresas aéreas internacionales, a las que no les autorizan las transferencias al exterior requeridas. Pero por supuesto, aquella medida anunciada por la autoridad monetaria responde a una mejor expectativa de ingreso de divisas, porque se espera que en los próximos días ingresen alrededor de USD 200 millones del crédito chino con el que Electroingeniería y Gezhouba construirá las represas Kirchner y Cepernic, en Santa Cruz.
Asimismo, el Gobierno también deberá, el 3 de octubre, hacer frente al pago del Boden 2015 con unos USD 5.900 millones de reservas, pero en el ámbito oficial se estima que alrededor de USD 2.000 millones de aquel total se quedarían en el país. Mientras tanto, la deuda acumulada por los importadores argentinos con sus proveedores externos sumaría entre USD 8.500 y USD 9.000 millones, según estimaciones del presidente de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santisteban.
Por otra parte, la deuda acumulada por la prohibición de girar al exterior utilidades y dividendos sumarían USD 10.000 millones a fin de año, según estimaciones del ex viceministro de Economía, Gastón Rossi, titular de LCG.
Estos datos explican por qué, durante julio y agosto, unas 40 nuevas empresas argentinas, marcaron un nuevo récord llenando los formularios en la SEC para poder estar en condiciones de utilizar el denominado sistema del "contado con liqui", a través de la Bolsa de Comercio, para hacer pagos al exterior que tienen pendientes por aquellos conceptos. Y en el MULC argentino nada ya es normal y todo se complica.
Durante la semana pasada los bancos operaron entre sí un total de USD 1.042 millones, con un promedio diario de USD 208 millones, un 31% menor al del similar período anterior, habiéndose experimentado en la última jornada un aumento de la volatilidad al 0,5%. El Banco Nación fijó el viernes su cierre vendedor de transferencia en $ 9,3540, con una suba semanal del 0,3%, levemente superior a la habitual, mientras que el ajuste en lo que va del mes ya suma un 0,6%, y el "dólar libre" terminó en $ 15,52 con una leve baja, mostrando la brecha con el oficial en el 65,9%.
Por su parte, el BCRA obtuvo nuevamente un saldo negativo, esta vez de USD 395 millones, en sus intervenciones diarias en el mercado y las reservas sumaron, según dato provisorio, unos USD 33.497 millones, USD 55 millones menos que al cierre del primer viernes de este mes.