El apetito voraz de la clase política parece no tener fin e incluso una pandemia mundial no logra detenerlos. Necesitan financiar el alto gasto público, y el surgimiento de las criptomonedas es un palo en la rueda para el correcto funcionamiento de sus monopolios monetarios.
Están desesperados, ansiosos, y día a día ven cómo el dinero drena hacia las criptomonedas y ellos siguen perdiendo poder. Es por eso que no encuentran mejor alternativa que comer, de donde sea, para financiarse. Morder un poco más del pastel de los demás, como si nunca fuera suficiente.
Según un informe publicado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), los españoles destinan casi el 40% de su sueldo a pagar impuestos.
Y eso no es todo. Según un informe de la Fundación Civismo los contribuyentes españoles -autónomos y empleados- tuvieron que trabajar hasta el pasado martes 13 de julio, es decir, durante 193 días, para hacer frente a todos los impuestos y cotizaciones que soportarán en 2021. ¿Parece un abuso descarado? para ellos, sigue sin ser suficiente y han vuelto a abrir la nevera en busca de más para comer.
¿Cuáles son las nuevas medidas?
El pasado 10 de julio, el Boletín Oficial del Estado publicó la ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, más conocida como ley contra el fraude o antifraude, que entró en vigor con carácter general el día siguiente y que trae nuevas obligaciones, especialmente para quienes posean criptomonedas.
Una de las nuevas medidas obliga a declarar, en el modelo 720 (de declaración de bienes en el extranjero) la tenencia de criptomonedas en el exterior. La obligación recae en personas físicas y jurídicas que sean titulares de criptoactivos situados en el extranjero o tengan la condición de beneficiarios o autorizados y que sean custodiadas por personas o entidades (situadas en el extranjero) que proporcionan servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros, para mantener, almacenar y transferir monedas virtuales.
En el caso de incumplimiento de la obligación de informar sobre las monedas virtuales situadas en el extranjero, la sanción consistirá una multa de 5.000 euros por cada dato o conjunto de datos referidos a cada moneda virtual individualmente considerada según su clase que hubiera debido incluirse en la declaración o hubieran sido aportados de forma incompleta, inexacta o falsa, con un mínimo de 10.000 euros.
Recordemos que este modelo 720 es el que ha sido foco de duras críticas e, incluso antes de estas nuevas medidas, el Tribunal Europeo se había expresado en contra de la cantidad de sanciones que supone y las elevadas cifras a pagar.
Pero esto no es todo. En esta la nueva ley contra el fraude, también se incluyen obligaciones de informar de los distintos saldos, así como la identidad de los titulares de cada saldo, a aquellas empresas que proporcionen servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros (o sea, exchanges custodios de criptomonedas). Esto aplica tanto si son residentes en España, como si son establecimientos permanentes en territorio español con residencia en el exterior.
¿Es algo que me sorprende? Para nada. Hace algunos meses aquí mismo, expresé mi punto de vista y el de Bitnovo con respecto a que las criptomonedas no nacieron para ser centralizadas en ninguna empresa privada:
“Las políticas de regulación de algunos gobiernos contra los exchanges son un problema para el ecosistema cripto en general. Sin duda, estos van a estar muy regulados en el futuro porque es donde los gobiernos pueden encontrar la mayor masa de usuarios a controlar. Este es un punto muy frágil del ecosistema ya que podrían obligarlos a brindar toda la información de compra/venta de esos activos.”
Y eso es lo que está empezando a pasar. Tal como dicen las nuevas disposiciones del BOE, se verán afectadas las empresas que brinden “servicios para salvaguardar claves criptográficas privadas en nombre de terceros”.
Nosotros estamos a favor de que cada persona tenga esas claves en su poder y sean los únicos custodios de sus propios fondos. Y es por eso que Bitnovo no se ve afectada antes las medidas anteriormente detalladas. No custodiamos las claves privadas de nadie porque creemos que cada persona debe ser responsable de almacenar sus propios activos digitales.
Si no eres el dueño de las llaves para acceder a tus fondos y se las entregas a un exchange (casa de cambio), no eres el dueño de esos fondos. O como se dice en el ambiente “not your keys, not your coins”. Si algún día ese exchange es víctima de un hack o sufre un bloqueo gubernamental (como han experimentado algunas casas de cambio en las últimas semanas) podrías dejar de tener acceso temporal a esos fondos o, en el peor de los casos, podrías perder las criptomonedas para siempre.
Además, con las nuevas regulaciones del BOE, si dejas las criptomonedas en un exchange los gobiernos podrán conocer al detalle todos los movimientos de compraventa que realices, así como los envíos a terceras personas. Otro de los graves inconvenientes podría surgir si sufrieras un accidente, ya que ningún familiar podría reclamar tus criptomonedas.
Esto se debe a que los exchanges son empresas que custodian sin licencia de custodia ya que, a día de hoy, en España no existe tal licencia ni control de la custodia de criptoactivos. Estas plataformas, que se promocionan como altamente seguras, sólo cuentan con licencias de dinero electrónico (EDE) para proteger tus euros, pero en ningún caso las criptomonedas. Ya lo hemos visto en España, cuando una de estas plataformas ha sido víctima de hackeos y aún no ha devuelto las criptomonedas a sus clientes.
¿Cómo protegerte?
Sacando los fondos de los exchanges o casas de custodia y enviando los fondos a un wallet personal donde recibirás tus claves privadas y te convertirás en el verdadero dueño de tus criptomonedas. Las cryptos deben estar en tus manos. Dejar tus criptomonedas en manos de un exchange, además de arriesgado, va a permitir que cualquier estado pueda disponer de ellas cuándo y cómo quiera. Es abrirles la nevera y decirles que vuelvan a comer de tu pastel.