Miro al IBEX y a los principales índices de referencia y qué diferencias noto o, mejor dicho, qué gran diferencia. Si nos fijamos en el DAX, el CAC o el EUROSTOXX se encuentran cerca de sus resistencias de corto plazo o incluso de sus máximos anuales, como los alemanes o franceses, aunque aún no han conseguido superarlos. Sin embargo, nosotros estamos lejos de algo parecido, es más, no hemos conseguido coger distancia de nuestro soporte base en 8.550. Cierto es que se trata de un nivel de gran fortaleza, lo que nos ha quedado bien claro tras dos meses cortando cualquier posible hemorragia y tenemos confianza en el. Sin embargo, una cosa es tener confianza y otra diferente es tener fe ciega. Creo que a estas alturas del año tenemos bastante claro que no podemos dar nada por seguro. Que el resto de índices europeos se sitúen por debajo de sus resistencias es un arma de doble filo, ya que si consiguen romperlo, es una señal positiva que nos podría traer un poco de Rock & Roll al cuerpo, pero si consiguen imponerse los osos en 10.827, 4.607 o 3.109 en el DAX, el CAC o el EUROSTOXX respectivamente, podrían arrastrarnos a los 8.400 o incluso los 8.230.
Con este escenario, pondríamos punto final a una evolución positiva que veníamos gozando desde el pasado mes de junio, cuando tocamos fondo tras el resultado del Brexit. Un elemento que hemos añadido recientemente a nuestro grafico es el de la media móvil de 200 sesiones. No es un indicador que empleásemos anteriormente, pero de cara a tener su referencia es un factor más del que recoger información. Destacar que nos encontramos también sobre él y eso es reflejo de la fortaleza de la zona en la que nos encontramos, en torno al citado nivel de los 8.550. Estamos en sus manos y, aunque no fuera definitivo, romperlo reduciría las probabilidades de pelear por terminar el año por encima de los 9.360.