“¡Que nos salve Papá Estado! Esa es la petición de quienes están pillados en los mercados a precios sensiblemente más altos que los actuales. También de quienes malviven (antes vivían mejor) de la intermediación financiera. Y, por supuesto, de los bancos y de sus trabajadores; de las cajas de ahorro y de los que siguen sin dejar la poltrona, que la Crisis de todas las Crisis no van con ellos: siguen con sus coches oficiales y con sus coches de lujo, mientras los ahorradores sacan el dinero de las cajas de ahorro ¿Para qué esforzarse, si el Papá Estado, al alimón con el Banco de España, no van a dejar que se vayan al garete. La España sin esfuerzo, la España acomodada. Cada uno como puede. Unos se conforman con 600 euros, otros con 400. Aquellos, con mil y un puñado de elegidos con tropecientos mil euros. Unos y otros buscan chapuzas, pero con poco esfuerzo y máxima rentabilidad. Pensábamos que la Crisis iba a terminar con la chapuza y la economía sumergida, pero está siendo al revés ¿La Bolsa? Generalmente se arrima a lo mejor, aunque sea un ascua ardiendo”.
“¿Bolsa? Está rota. Que nadie busque milagros ni se esfuerce en demostrar lo contrario. Llevo cuarenta años en el negocio y nunca he visto una ausencia tan destacada del inversor final como ahora. Ni dividendos, ni OPAs ni gangas ni gaitas. La Bolsa está rota, pero, en cualquier caso, siempre están los desnortados que piden que los bancos centrales suban las cotizaciones con el dinero de todos…” me dice uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española.
"Llamativo, con todo, que el creciente nerviosismo del mercado ante la falta de acuerdo sobre el Fiscal Cliff no comience a pasar factura con un S&P demasiado cerca de máximos anuales. Claro que la Fed ya se ha preparado para cualquier eventualidad a corto plazo comprando más de 85 bn. $ en papel MBS y deuda pública a plazo de forma indefinida. Sí, el ilimitado del ECB con el OMT y el indefinido de la Fed funcionan. Vamos, los mejores remedios ante cualquier dolencia o malestar de la cartera. Estamos protegidos", dice José Luis Martínez Campuzano.
Añade: " Es interesante el efecto balsámico de la intervención (real y verbal) de los bancos centrales en los mercados. ¿Bailan? Los pies se mueven al escuchar los discursos de sus portavoces, te hacen alejarte de la realidad de elevada deuda, estancamiento y mucha tensión política. Las bolsas están bien valoradas, las empresas menos endeudas y con elevada liquidez. ¿Qué más queremos? Certidumbre hacia el futuro que facilite la inversión y menor restricción de financiación más allá de mantener los precios en algunos casos artificialmente altos. Pero esto no pueden resolverlo los bancos centrales. Aunque en el segundo caso sí lo intentan. Les falla que su capacidad de actuación, digan lo que digan, es limitada. Esta es mi pesadilla: que sea evidente para todos. Pero no teman, aún estamos lejos de esta eventualidad. Sí, ¿bailan?...".
"Y mientras, los datos económicos se empeñan en presentarnos un escenario complejo a corto y mucho más a medio plazo. Perdón, rectifico: el 2014 será mejor que el 2013. Esto es importante considerarlo y repetirlo como mantra. ¿En qué nos apoyamos? En buena parte en la evolución alcista de los mercados, con la limitación ahora de que los bancos centrales pueden mantener sus políticas pero no ampliarlas en gran medida. Apenas una nueva inyección de fondos desde el BoJ, dos recortes de tipos por el ECB y el mantenimiento del QE4 por la Fed. Es cierto que no es poca cosa, pero es que estamos acostumbrados a mucho más...".