Es falso que el mercado financiero adivine lo que puede llegar a ocurrir. El inversor o especulador manejará su capital en función de lo que está ocurriendo y puede llegar a ocurrir, pero ello no determina que la volatilidad del mercado se deba a ello. Existen millones de variables que afectan.
Nadie puede anticipar un terremoto, ni un atentado, ni un escándalo financiero. Los elementos realmente importantes que hacen fluctuar fuertemente el mercado son imposibles anticiparlos.
Un claro ejemplo de ello son los atentados del pasado viernes 13 de noviembre en París. Ni el mercado reaccionó antes, ni está reaccionando ahora, y si llegara a fluctuar agresivamente a posteriori serían picos de pánico puntual, ese hecho no anticipa ni descuenta absolutamente nada.
Trabajar con realidades es clave para salir airoso en los mercados. Al contrario de lo que suele suceder, se trabaja en base a información de terceros que nada tiene que ver con la realidad de la situación, son opiniones.
Nadie sabe que políticas se van a emplear para luchar contra el yihadismo. Ni qué países intervendrán y en qué grado. Tampoco si habrá nuevos atentados, ni en qué lugar, ni la reacción ante ellos si sucedieran. Decir que el mercado descuenta es absurdo, por el mismo sentido de que el mercado actúa en base a hechos presentes. El futuro pertenece a la ley del caos y de esa aún no hay fórmula que pueda demostrarla.