Tras un martes muy complejo para los mercados financieros globales, el miércoles asoma como un día algo más tranquilo, pero en un contexto muy volátil y de difícil pronóstico.
El petróleo vuelve a caer, apuntando directamente a sus mínimos de enero en 27,50 dólares; el quiebre de dicho nivel lo llevará sin escalas a la zona de 23 dólares, donde aparece, técnicamente el objetivo de una extensión de Fibonacci del último movimiento bajista medido en gráficos diarios.
Nada indica, por el momento, que esta situación vaya a cambiar. Los principales productores de petróleo no cambian su actitud, y seguirán inundando los mercados, buscando terminar con su competencia norteamericana. Gigantes petroleros están pasando momentos muy difíciles en lo económico, y sufren bajas en sus calificaciones. Y aunque un petróleo bajo favorece al consumo, este no se dispara, y parecen ser más los perjuicios que los beneficios.
El panorama político de Estados Unidos, donde en noviembre se definirá la elección presidencial para los próximos cuatro años, también está pesando en los mercados. Con dos candidatos de ideas algo insólitas para un país como la primera potencia mundial al frente de las encuestas, los mercados están algo alterados, y actúan en consecuencia. Son muchos los que creen que estamos en la puerta de inicio de un gobierno populista en Estados Unidos, y los temores son muchos.
Una inquietud similar produjo en los mercados el martes la versión de que el Deutsche Bank (DE:DBKGn) podría estar pasando por una crisis terminal. El rumor fue disipado por el gobierno alemán, que de inmediato respaldó a su banco principal.
Estos factores, que mezclan lo económico con lo financiero y lo político, repercuten en los tipos de cambio. El euro, que el martes llegó a 1,1345, retrocede casi 100 puntos desde dicho máximo, aunque mantiene tendencia alcista de corto plazo.
El yen, que el martes alcanzó 114,20 en su más alto valor desde noviembre de 2014, hace lo propio cotizando a 114,90. Y ambas divisas, tomadas como refugio en momentos como este, tendrán oportunidad de atacar nuevamente a las 10:00 del este, cuando se presente la presidente de la Fed, Janet Yellen, ante el Congreso. Prácticamente descartado cualquier incremento en los tipos de interés para marzo, Yellen podría volver a un discurso ambiguo, que no ayudará ciertamente al dólar.
La libra esterlina, en tanto, cayó a primera hora ante un débil dato de producción industrial, aunque se recupera en estos momentos, y vuelve a apuntar al alza para el resto de la sesión. Lo mismo sucede con el dólar australiano y en menor medida con la onza de oro.