Luego de superar la barrera de los 1,30 dólares, el euro continúa su rally alcista en busca de los máximos del 2011 en torno a los 1,50 dólares por euro.
Sin embargo, pese al fuerte avance, los analistas siguen cautos sobre el euro, incluso si se reduce la hoja de balance del Banco Central Europeo (BCE) mientras otros la expanden, y si sus tasas de interés se mantienen estables.
Datos de la Comisión de Operaciones de Futuros de Materias Primas (CFTC) mostraron que los especuladores de divisas tienen apuestas largas sobre el euro, y salvo una oleada repentina de refugios o un resurgimiento de la crisis de la zona euro, la reciente fortaleza no muestra signos de disminuir.
El consenso el mes pasado era que la economía estaba demasiado débil como para justificar que el euro siguiera subiendo. Esto no ha cambiado mucho, excepto por algunas evidencias de sondeos empresariales que apuntan a que lo peor pudo haber terminado para el bloque monetario de 17 miembros.
El último gran salto del euro, que alcanzó un máximo de 14 meses de 1,3711 dólares el viernes, se añade a un alza máxima de un 4 por ciento alcanzada en el segundo semestre del año pasado.
Los operadores tomaron como un hecho las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, cuando dijo que iba a hacer “lo que sea necesario” para salvar al euro. Y todavía le creen.
Preocupado por cómo una moneda fuerte podría perjudicar a los exportadores, el presidente francés Francois Hollande instó el martes a la zona euro a elaborar una política para proteger la moneda de “movimientos irracionales”.
No obstante, las fluctuaciones del euro están siendo impulsadas en parte por un replanteamiento fundamental en la forma en que se dirige la economía mundial.
Desde el 2009 a la fecha el euro ha estado cotizando en un amplio rang lateral limitada a la baja por el soporte de los 1,2 dólares y al alza por la zona de los 1,5 dólares.
No es de extrañar que veamos a la moneda única ir en búsqueda de sus máximos del 2011.