Fuertes subidas de unas Bolsas europeas que siguen dando muestras de que un fuerte rebote podría haber comenzado. La pasada semana fue la mejor desde noviembre en muchos selectivos, y en otros, la segunda mejor desde entonces.
Lo cierto es que sin que nada en el fondo del mercado haya cambiado demasiado, una mejora de los dos catalizadores parciales principales nos separa ya un 10% de los mínimos anuales.
Estos catalizadores parciales son el petróleo y el sector bancario. Sobre el primero sí que se pueden mencionar ciertos cambios, como el acuerdo alcanzado entre cuatro países productores de petróleo para congelar la oferta, y la extensión de la línea de declaraciones encaminadas a mantener viva la expectativa de que es posible un acuerdo de mayor calado para reducir la sobreoferta. Todo esto, junto con la enorme volatilidad intrínseca del petróleo, ha sido suficiente para el que el Brent se haya estabilizado en las cercanías de los 35 $, recuperando 5 $ desde la anterior zona de confluencia.
Sobre el sector bancario hay menos novedades. Los buenos resultados presentados por Commerzbank (DE:CBKG) hace unos días parece que tranquilizaron un poco los ánimos. La cotización del Deutsche Bank (DE:DBKGn), utilizada como vara de medir del riesgo del sector, se sitúa cerca de un 20% por encima de los mínimos anuales. Aquí lo más destacable es que no ha habido nuevas malas noticias, por lo que las cosas han mejorado con el mero enfriamiento de los riesgos extremos percibidos. Hoy ha sido el británico HSBC quien ha presentado unos resultados que no han gustado.
Otras cuestiones secundarias, como el buen aguante de Wall Street (que nunca perdió sus soportes), o el buen tono con el que han vuelto los mercados chinos tras la celebración de su nuevo año, también han apoyado la recuperación de las Bolsas. Pero, por encima de todo, lo que sin duda está marcando el ritmo actual es la enorme sobreventa acumulada por las Bolsas, que desarrollaron su segunda mayor caída desde 2011, dejando un claro potencial de rebote que estamos explorando.
Sobre los miedos de fondo a una nueva recesión mundial, parece que ahora esta posibilidad no se percibe de la misma manera, como ya ocurrió en septiembre del año pasado. El patrón está siendo muy similar: las Bolsas exageran su movimiento, se obsesiona con unas correlaciones parciales y alcanzan conclusiones que no están respaldadas por la robustez de los datos reales.
La semana actual será determinante para medir si estamos ante un rebote bien armado o ante una mera salida en falso de la sobreventa, como ya ocurrió a finales de enero. Técnicamente aún estamos ante una situación débil, pues las grandes resistencias no han sido aún atacadas.
Wall Street cerró el viernes con un comportamiento bastante plano que, eso sí, mejoró la caída de las Bolsas europeas en la última sesión de la semana pasada.
En Asia hemos tenido hoy buenas noticias, pues el Nikkei (el índice que más terreno ha recuperado entre los grandes), se ha anotado un 0,9%, mientras que el índice de Shangai ha subido un 2,2%, celebrando la sustitución del responsable de la regulación del mercado chino.
En Europa se han publicado datos de PMI preliminares de febrero. En Francia, tenemos que la lectura de Manufacturas ha superado las expectativas (50,3 frente a 49,9), mientras que en Servicio s(49,8 frente a 50,3) y en el Compuesto ha decepcionado. En Alemania, el PMI queda flojo en Manufacturas (50,2 frente a 52), pero mejor en Servicios (55,1 frente a 54,7). El general de la Eurozona ha quedado por debajo de lo previsto tanto en Manufacturas (51 frente a 52) como en Servicios (53 frente a 53,3) y en el Compuesto (52,7 frente a 53,3).
En EE. UU. tendremos esta tarde el Índice actividad nacional de la Fed de Chicago de enero a las 14:30, y el PMI manufacturero de febrero preliminar a las 15:45.
En divisas, el EUR/USD sigue cayendo, y cotiza en 1,1063. La Libra también cae con claridad pese al acuerdo alcanzado entre Reino Unido y las autoridades europeas para que David Cameron haga campaña por la permanencia en la Unión Europea.
El Oro vuelve a caer con fuerza, en paralelo a la mejoría de las Bolsas.