Empezamos la tercera semana del año con los mismos focos de tensión que las dos anteriores. Grecia y el petróleo siguen presionado al mercado, aunque parece que ambas tensiones podrían relajarse en las próximas semanas. Como hemos comentado, desde ente inicio de año nos esperan sesiones de mucha volatilidad a la espera también de las primeras reuniones de los bancos centrales.
Grecia se encuentra a escasas dos semanas de celebrar elecciones y elegir el rumbo que quiere tomar. Por un lado, estaría el plano más conservador que pretende seguir el curso marcado desde el último rescate y, por el otro, el más liberal con Syriza a la cabeza que propone un discurso más radical pretendiendo reestructurar la deuda.
Pase lo que pase, no contemplamos la posibilidad de que Grecia pueda salir de Europa, a no ser que en el caso de que salga elegido Syriza radicalice su posición sobremanera y se niegue al pago de la deuda. Algo que tampoco contemplamos. El nuevo Gobierno griego tendrá hasta el 28 de febrero para reestructurar la deuda. También hay que tener en cuenta que de los más de 420.000 millones de euros que debe, este año solo tendría que amortizar 8.500 y el siguiente 3.000.
Mientras, el petróleo parece que está cerca de estabilizarse en torno a los 50 por barril. Algo necesario para eliminar otra de las incertidumbres actuales y para poder determinar los efectos positivos y negativos. Obviamente, tiene su parte buena para las economías que ven como una de sus principales fuentes energéticas ha descendido a la mitad y unido a la actual financiación barata motiva a invertir.
Pero, por otro lado, golpea duramente la inflación, algo que nos debería empezar a preocupar, ya que esta semana conoceremos los datos de IPC de Europa y Estados Unidos. La primera podría estar ya en deflación en torno al -0,2% y la segunda presentará el dato este viernes y donde nuestro equipo de análisis estima que podría descender de 1,3% a 0,8%, creando nuevas preocupaciones para la Fed, aunque quizás buenas para el mercado porque de mantenerse podría retrasar la subida de tipos.
De esta manera, se siguen esperando jornadas intensas plagadas de volatilidad, donde encontramos buenas oportunidades de venta pero sin tener la confianza de restar viendo lo precios más bajos del mes. Por ello, no sería mala idea empezar a plantearse la entrada con posiciones pequeñas a expensas de los acontecimientos.
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