Desde enero de 2014, la Reserva Federal vino preparando a los mercados para anunciar una decisión que finalmente tendrá lugar en la fecha: salir de tasas de interés mínimas, y comenzar un ciclo de alzas de las mismas.
Desde mediados de 2006, cuando la economía de Estados Unidos volaba en consumo e inflación, no asistimos a un aumento de tipos de interés. En aquel momento, con una situación radicalmente distinta, la tasa llegó al 5,25%, que debió ser reducida drásticamente desde fines de 2007, cuando la economía entró en recesión. Y quedó prácticamente en cero desde diciembre de 2008, luego de la explosión de la crisis de septiembre de dicho año.
Esta acción motivó diversos fenómenos en los años sucesivos: las economías emergentes vieron caer una lluvia de dólares baratos y cuantiosos, inyectados a razón de 85 mil millones por mes por la propia Fed. La tasa mínima llevó centenares de millones a Sudamérica, y algunos países de la región aprovecharon los créditos a precio de regalo para obras de infraestructura de suma importancia y postergadas durante décadas.
A su vez, la baja del dólar favoreció por oposición el aumento de los precios de las materias primas, principal fuente de ingresos de estas naciones, al tiempo que la economía China, que creció a lo que con admiración el mundo se refiere "a tasas chinas", generó un círculo virtuoso que duró años.
Europa, en cambio, demoró decisiones que recién tomó a fines de 2014, y solo este año comenzó un pesado plan de estímulo a la economía, que luce tardío e insuficiente.
La economía de Estados Unidos se vio beneficiada a medias con la baja del dólar, aunque la colocación de una montaña de dinero terminó por reducir a mínimos de una década la tasa de desocupación. Además, la bolsa de Nueva York se vio impulsada a máximos históricos por las tasas mínimas, aún cuando la empresas cotizantes no pasaban por su mejor momento.
Este ciclo termina en la fecha. Naturalmente no habrá aumentos de tipos muy significativos, y probablemente ni siquiera lleguen al 0,5%. Son muchos quienes especulan con que podría terminar hoy en el 0,375%. De modo que no es el aumento lo que mantiene en vilo a los mercados, sino saber si esta nueva etapa tendrá sustento en el tiempo.
El anuncio, a las 2:00 pm del Este de Estados Unidos, seguramente no generará impactos tan relevantes como las palabras de la presidenta, Janet Yellen, que a partir de las 2:30pm ofrecerá una conferencia de prensa, prevista por el sistema de la Fed en cuatro de las ocho reuniones anuales.
Yellen hablará de aumentos de tipos graduales, y tratará de bajar las expectativas de los mercados, que lógicamente son muy altas. Las bolsas de valores ven con preocupación los hechos, aunque aún más complicadas aparecen las economías emergentes. En cambio, la economía número uno del mundo parece ingresar, ahora sí, en un período de expansión que, más temprano que tarde, termina por derramarse sobre todo el mundo.
Así de trascendente es este día. Con un dólar que luce fuerte en los momentos previos ante el euro, la libra y, sobre todo, ante el yen. Con el petróleo en mínimos de 6 años, y el oro en tendencia bajista de largo plazo. Todo esto puede acentuarse en las próximas horas.