Por si alguien la echaba de menos, Grecia vuelve a las primeras planas de los periódicos de medio mundo como suele ser habitual, para dar algún que otro susto a los mercados de renta variable. Ayer se produjo el inesperado "no" por parte de la Eurozona a la hora de desbloquear el nuevo paquete de ayudas, en este caso cerca de 31.500 millones de euros, que le permita afrontar sus pagos más inmediatos. Alemania parece ya demasiado cansada de seguir concediendo créditos al pueblo griego que da la impresión de no haber avanzado nada y cuyos datos sobre la economía son, si cabe la posibilidad, casi peores que hace unos meses. El FMI no obstante discrepa y cree que se debería ayudar más a Grecia y ofrecerle una mejor reestructuración de la deuda. Por todo esto la renta variable retrocede posiciones tanto en la jornada de ayer como en la apertura de hoy por el miedo a que esta "barca" que es Europa y donde cada uno rema en una dirección, consiga romperse y hundirse definitivamente. En el terreno empresarial, Vodafone presenta unas pérdidas de 1.886 millones de euros como consecuencia del impacto de la crisis en su negocio del sur de Europa y OHL en cambio gana un 33% más que el año pasado.
HOY PENDIENTES DE: El dato de IPC en Reino Unido junto con la encuesta ZEW de sentimiento económico alemán a las 11:00.
Los ministros de Economía de la zona euro se reunirán en un Eurogrupo el próximo 20 de noviembre para decidir cómo aligerar la carga de la deuda de Grecia, cerca de 327.000 millones de euros, de los que 128.000 están en manos de los países del euro. En lo único que coinciden el Fondo Monetario Internacional y el Eurogrupo es en que en estos momentos Atenas no va a poder situar su ratio de deuda/PIB en el 120% en 2020. A partir de aquí, en el cuánto y el cómo reducir esa carga, es donde se libra la batalla. Las posiciones no pueden estar más enfrentadas. Y así lo dejaron ver Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, y Christine Lagarde, directora gerente del FMI, en la rueda de prensa posterior.