Articulo elaborado por Alejandro de Luis, editor de Sala de Inversion
Desde luego que los seres humanos, como especie, a diferencia de los animales podemos hablar y expresarnos no solo sobre acontecimientos objetivos, cosas que están pasando, o subjetivos, cosas que estamos sintiendo, sino que tenemos la suerte de poder hablar sobre cosas que ni existen. Así, podemos hablar sobre conceptos abstractos e ideas que como especie nos ayudan a desarrollarnos.
Esto de por sí constituye un gran avance. No obstante, la gran revolución fue el poder desarrollar nuestros pensamientos por medio de la escritura, rompiendo las barreras de la mente. Ahora, no solo podíamos entendernos y escuchar las ideas del que teníamos enfrente, sino que podíamos analizar la mente de cualquier persona o grupo que las hubiera dejado plasmadas en algún lugar físico. Esto en sí mismo es una verdadera revolución.
No obstante, la gran revolución fue el poder desarrollar nuestros pensamientos por medio de la escritura, rompiendo las barreras de la mente
Pues bien, el lenguaje, compuesto de símbolos con significado diverso en función del que se trate forma un complejo sistema de comunicación solo identificable por aquellos que entienden el significado de estos y su interrelación pudiendo crear ahora, un verdadero mapa de lo que alguien quiso expresar. Prueba de ello lo tenemos en el descubrimiento de la piedra Rosetta, la cual ayudó a entender los jeroglíficos egipcios, hasta entonces velados para los expertos. Como vemos, signos o señales sin entender su significado no sirven de nada. Ya que no pueden avisarnos de nada, porque no los entendemos. ¿Hemos probado intentar descifrar alguna palabra trazada en chino tradicional? Si no entendemos el lenguaje, no podemos entender nada.
Forma un complejo sistema de comunicación solo identificable por aquellos que entienden el significado de estos y su interrelación pudiendo crear ahora, un verdadero mapa de lo que alguien quiso expresar
El mercado es igual. Si no entendemos su estructura, todo nos parecerá chino. A pesar de que alguien nos prometa que podemos entender chino en una hora, eso es imposible. Entender un lenguaje es un proceso largo y complejo. Obviamente, todos podemos aprender un saludo corto en un lenguaje desconocido. Pero mucho cuidado si estás pensando trabajar de controlador aéreo teniendo que hablar chino sabiendo solo unas pocas palabras, seguro que provocarás un accidente.
El mercado es igual. Si no entendemos su estructura, todo nos parecerá chino.
En el mercado, podemos analizar cómo los participantes hablan si sabemos entender su idioma. Es cierto que es más complejo que simplemente descifrar una serie de palabras. Al igual que puedes discutir, malinterpretar las palabras de alguien o que este no te diga lo que en realidad está pasando el lenguaje del mercado, no siempre te dirá al milímetro lo que pasará a continuación. Eso es imposible.
En el mercado, podemos analizar cómo los participantes hablan si sabemos entender su idioma.
Para entender un poco de lo que estamos hablando. Es posible entender el mercado a pesar de no saber a milímetro lo que esperar de cada movimiento. Veamos algo muy interesante que nos enseña el llamado “Juego del ultimátum”.
Veamos algo muy interesante que nos enseña el llamado “Juego del ultimátum”.
Analizaremos el comportamiento de dos sujetos. Uno de ellos tiene recibe 100 dólares, que tiene que repartir con el otro participante como el prefiera. Podría quedarse todo el dinero, darle una parte o incluso no darle nada. No obstante, queda la segunda parte de la película. El jugador que no tiene los 100 dólares tiene dos opciones. Aceptar la decisión del que tiene el dinero o por el contrario no aceptarla. Si éste no acepta la distribución sugerida, nadie obtiene nada.
Las teorías clásicas defienden la idea de que nos comportamos como máquinas completamente racionales. Si esto fuera una realidad, la mayoría de los participantes se quedarán con 99 dólares, ofreciendo sólo 1 dólar al otro. Por supuesto, una persona que se comporte como una criatura completamente racional siempre dirá que sí ya que de esta forma mejora su situación económica, porque no le importará lo que el otro reciba.
No somos criaturas económicas, pero sí podemos prever lo que los participantes harán en ciertos momentos
Pero ¿Cuál es la situación que se observó en este experimento? La mayoría de los participantes rechazaban ofertas muy bajas por pensar que eran injustas. Prefieren perder una pequeña cantidad antes que parecer tontos. De hecho, anticipando esta situación la mayoría de los participantes repartía el dinero de una forma equitativa o con una leve ventaja, ofreciendo entre 50 y 30 dólares al otro sujeto. Bienvenido a los mercados financieros. No somos criaturas económicas, pero sí podemos prever lo que los participantes harán en ciertos momentos, aunque no sepamos al milímetro lo que pasará. Porque recuerda, los gráficos hablan.