Muchos buscamos una estabilidad económica suficiente para poder “vivir bien” como si hubiese una manera correcta o incorrecta de vivir. Pocos de nosotros practicamos la abstracción, la meditación o el auto análisis. Como profesional en distintos campos siempre me he involucrado en cada proyecto al 100% y eso es una gran ventaja para conseguir mis deseos… ¿o no? Lo contradictorio de esta afirmación es que, si me implico al 100% en un medio para conseguir un fin, ¿cuál es el tiempo que dedico a identificar el mejor fin posible para mis deseos? Correcto, el 0%.
Después de esta introducción, probablemente pienses que te voy a hablar de abrazar arboles y oler margaritas, pero no. Te voy a hablar de ganar dinero, aunque no tengo nada en contra de los abrazos y las margaritas.
Después muchos años trabajando intensamente, la más pequeña de la casa me enseñó que no sabía compaginar mi vida laboral con mi vida personal. Me preguntó – ¿Serias capaz el fin de semana solo coger el teléfono a tus amigos? Esta frase me dejó perplejo, con tan solo 7 años me enseño una lección muy valiosa que me hizo parar, reflexionar y analizar mi vida.
Tenía 42 años, una empresa que se estaba creciendo, un escritorio lleno de vasos de café, refrescos, un cenicero siempre hasta los topes y creía que lo estaba haciendo todo bien porque los proyectos empresariales se convertían en realidades. Además, por tener, tenía, colesterol alto, 30 kilos de sobrepeso, la voz de Joaquín sabina y la necesidad de desconectar y aislarme del mundo.
Mi mujer siempre me decía que, porque estaba 15 horas delante de las pantallas, pero yo siempre le decía que ella no lo entendía porque no es empresaria. Hasta ese momento, cuando una niña me dijo que por favor sólo hablase con mis amigos en fin de semana… Llevaba más de 15 años viviendo para trabajar, lo que me motivaba era estar muy ocupado, porque así no hacía falta pensar en otra cosa.
Pero ¿Cuál era el objetivo? ¡Ganar dinero claro! En definitiva, mi trabajo era el motor que me hacía moverme para ensalzar mi ego. Pero claro, gordito de mediana edad que no tiene tiempo para nadie que no sea un cliente, que no podía caminar mas de 10 minutos sin un dolor de espalda, no era el ideal de triunfador con el que me identificaba a mi mismo.
Si no podía disfrutar de mis amigos, de mi familia y de mi mismo, ¿de qué estaba disfrutando? El ego proporciona un gozo tan fugaz que hay que alimentarlo 24 horas.
"Desde ese momento empecé a reflexionar, todo seguía igual, pero había en mí una semilla plantada".
Primero el médico me dio un susto con el tabaco, y tuve que dejarlo si o si (algo impensable para mi con 2 paquetes al día) no fue nada fácil, pero pasada la primera semana, empezó una revolución interna. Empecé a nadar, caminar y cuidar mi alimentación. La báscula no se movía, me dolía todo, tenía agujetas todos los días y lo único que pasaba es que no tenía tanto tiempo para trabajar.
Desesperante, así fue, no me encontraba mejor, al contrario, ahora tenía que organizar mi tiempo incluyendo el tiempo del deporte y no podía estar enganchado al teléfono. El segundo mes, me puse a dieta de verdad, todo verde y sin hidratos… otra burrada, 20 días después había bajado 5 kilos, todo me dolía 3 veces más, pero había tenido muy buen mes en los mercados y mi cuenta de trading estaba creciendo, raro.
Una vez encontré el equilibrio entre dieta y deporte mi tiempo para el trabajo se había reducido bastante, los fines de semana solo cogía el teléfono a mis amigos y empecé a reservar tiempo para la familia y para estar conmigo mismo y preguntarme si me gustaba lo que había hecho en el día. Curiosamente seguía la buena racha en los mercados y la cuenta seguía creciendo.
Todo ello configuró un cambio que implementamos meses después con un plan de empresa bien estudiado y que tuvo como resultado que los dos socios redujéramos el estrés a límites ridículos, bajamos 20 kilos de peso, nuestros beneficios se incrementaron exponencialmente hasta tener una rentabilidad del 190% y nuestro tiempo de trabajo se redujo increíblemente. Todo esto nos hizo prosperar hasta vender nuestra empresa y contar con el apoyo de nuevos socios que configuran nuestro actual proyecto, un cambio de vida de 180 grados. Este mes cumplo 44 años y me veo mejor que en los últimos 10 años.
¿Os suena esta conversación?
- ¿Y tu a qué te dedicas?
- Soy trader, opero en mercados financieros.
- Ah, de bolsa y eso, ¿no?
- Vaya nivel de estrés, ¿no?Siempre decíamos si porque era casi tan estresante el trabajo como esta conversación, ahora yo siempre respondo NO es sólo cuestión de organizarse bien.
Gracias por haber llegado hasta aquí en este largo artículo y espero y deseo que te aporte ideas y reflexiones.