No parece haber llegado aún la sangre al río en un mercado que parece estar digiriendo los diferentes asuntos que la han estado dando más de un retorcijón días atrás. Lejos de pensar que el mercado pueda haber descontado el impacto del Brexit, como punto de inflexión en la evolución de las bolsas, debemos de seguir siendo prudentes por la situación técnica en la que se encuentran los mercados y toda la incertidumbre que se cierne sobre ellos. Días como hoy (DAX +2,24%; CAC +1,77%; EUROSTOXX +2,08%, MIB +4,08%, IBEX +2,22%...) deben servirnos, en mi opinión, para reducir exposición en las carteras (desde el pasado 10 de junio estamos en liquidez) y esperar agazapados a que surja alguna buena opción. No tiene porque limitarse a esperar una subida de las bolsas, si no que en un mercado con tendencia bajista, las posiciones cortas también pueden otorgarnos buenos rendimientos. Sólo tenemos que recordar el comienzo de año y todas las operaciones que nos llevamos a la saca, a pesar de la volatilidad y los mensajes equívocos. Para eso ya tenemos la gestión del riesgo, como mejor herramienta frente a los imprevistos.
Cuando hablamos de una situación técnica complicada, solo tenemos que fijarnos en el IBEX. No puedo asegurar que hayamos visto el fondo del pozo, situado por el momento en 7.579 y me cuesta pensar que ya nos hayamos estabilizado, a pesar de las dos últimas semanas de recuperación y consolidación por encima de los 8.000 puntos. Necesito algo más solido. El primer obstáculo que nos hemos encontrado para la continuidad es el huecazo originado por el 23J entre 8.684 y 8.328 (justo donde hemos mercado máximos esta semana). Por su tamaño, debería de resultar difícil de superar, aproximándose también la directriz bajista de largo plazo, que tan malos resultados nos ha dado. En definitiva creo que sigue siendo un mejor momentos para los osos, aunque sin olvidarnos que la elevada volatilidad puede traer consigo también algún susto en forma de subidones. Que se lo pregunten si no a los bajistas de Mapfre (MC:MAP).