La inflación ha dejado de ser noticia y puede aparecer en la portada de cualquier periódico del mundo. Los precios de los bienes y servicios están subiendo a un ritmo que no se había visto en décadas. Este repunte inflacionista, acompañado de la escasez real y temida de la oferta, está alimentando la ansiedad tanto de los consumidores como de los productores.
Una vez que la narrativa de que la inflación no es transitoria comienza a agotarse, se buscan medidas para superar una de las pruebas más severas jamás vistas. Uno de los indicadores que mejor muestra la gravedad de la situación es la comparación entre el Índice de Precios de Producción (IPP) y el Índice de Precios de Consumo (IPC), indicadores económicos utilizados para medir la inflación en Estados Unidos. Estos indicadores han estado muy correlacionados y hoy el IPP, una métrica que mide la variación media de los precios de venta de todo el mercado nacional de bienes y servicios en bruto, está en máximos históricos. Esto es lo que podría asimilarse a lo ocurrido en 2000 y 2008:
Esto no es un caso aislado de EE.UU., ya que en Europa (Alemania) los datos son muy similares:
Y por último, en Reino Unido, el coste de la cobertura contra la inflación durante la próxima década aumentó el viernes hasta el nivel más alto en 25 años.
Para esta situación de mercado que parece ser hiperinflacionaria, como ya ha dicho en Twitter (NYSE:TWTR), Jack Dorsey, es necesario tener una cartera asimétrica.