El futuro no parece tan brillante para Japón cuando se observan los indicadores fundamentales. El nivel de deuda es asombroso (€8,6 mil millones de deuda a una tasa de interés del 0 %) y la población está envejeciendo. La deuda ahora representa el 250 % del PIB.
La inflación sigue siendo muy débil y las autoridades japonesas han sido incapaces de estimularla. Sin embargo, el crecimiento ha aumentado un 1,7 % en el 1T y las ventas minoristas también han aumentado un 0,5 %. Los datos desde el comienzo del año han superado claramente las expectativas. Sin embargo, los datos de hoy, tales como los pedidos de maquinaria (-0,7 interanual) o la producción industrial (-1,9 %) están claramente en la zona débil.
Lo que realmente importa es que el Banco de Japón continúa con su QE. La cantidad de la deuda que posee no es reembolsable. El gasto en seguridad social crece a medida que la población envejece y creemos que esto es realmente muy costoso para Japón. El banco central también debería mantener su credibilidad y no ir hacia una cesación de pagos. Por el momento, no hay ninguna razón para reducir la QE ya que sin duda dejaría al descubierto todas las dificultades de Japón.
A corto plazo, apostamos por una renovada demanda del yen, dado que parece probable que la economía de Estados Unidos, la cual también creemos que está sobreestimada, impulsará a los inversores hacia la tierra del sol naciente. Al buscar un ejemplo, hacia la dirección del S&P, si quitamos las grandes blue chips como Amazon (NASDAQ:AMZN), Apple (NASDAQ:AAPL) o Alphabet (NASDAQ:GOOGL), el índice está realmente en caída.
Sin duda estamos en un punto de inflexión. Recargamos nuestras posiciones largas en USD/JPY hacia 115.00, con un horizonte de dos meses.