Interesante, gran debate abierto alrededor del frenesí de las empresas de Wall Street, principalmente, por destinar sus excedentes de dinero, gran parte de sus beneficios a comprar acciones propias, a la autocartera. En 2018, más del 60% del efectivo devuelto por las compañías del S&P 500 fue en forma de recompras, que ascendieron a casi 700 mil millones de dólares. Hay más.
Las empresas estadounidenses han anunciado planes para recomprar 140 mil millones de dólares de acciones propias en lo que va de año, un 28% que el volumen comprado en el mismo periodo del año pasado, según datos de Birinyi Associates. Señala Antonio Iruzubieta que comprar autocartera es otra forma de ganar dinero, aunque una alternativa financiera alejada el modelo productivo natural de las empresas. Estas compras suponen amortización de acciones y por tanto reducción del total de acciones en circulación, es decir, mejora del ratio BPA (beneficio por acción).
Una mejora ficticia (financiera) en origen, mejora el beneficio porque se reparte entre un menor número de acciones, no debida a una gestión apropiada de la compañía o a la fuerza de la demanda.
Los senadores USA, Chuck Schumer y Bernie Sanders, han firmado un artículo de opinión el pasado día 3 de febrero en el New York Times poniendo de manifiesto la realidad detrás de la moda de acumular autocartera:
“Corporate self-indulgence has become an enormous problem for workers and for the long-term strength of the economy.
Por su parte, Morning Star señala que "desde 2008 las empresas se han gastado más en recomprar sus propias acciones que la Fed en comprar bonos. Es manipulación porque el salario de los ejecutivos (que deciden las recompras de acciones) está ligado al valor de sus acciones. la pescadilla que se muerde la cola".