La bolsa de Nueva York sufre su peor baja del año

La bolsa de Nueva York sufrió el miércoles su peor baja del año, con el índice Dow Jones cayendo un 2,42%.

Si bien existen distintos argumentos que explican dicho movimiento, como la próxima "guerra" entre el gobierno de Obama y la oposición por la cuestión del déficit fiscal -que por cierto no es nueva y se ha ido agravando mes a mes en los últimos cuatro años-, la realidad es que los mercados no ven con buenos ojos el resultado de las elecciones y, como técnicamente se preveía, la baja de las acciones principales no se hizo esperar.

Del lado de Europa no ayudó Mario Draghi, aunque no dejó de ser sincero con la realidad: la crisis comienza a golpear a Alemania. Si esto es así, Merkel y su gente no tardarán en endurecer su política hacia el resto de la eurozona, con consecuencias no gratas para el sur del continente, cuyas grietas en materia de desocupación y crecimiento son cada día más amplias.

Precisamente, Draghi comenzará a las 8:30 del Este su conferencia de prensa mensual, posterior al anuncio de política monetaria del BCE. Las declaraciones del presidente del BCE la víspera no parecen augurar buenas noticias. Draghi se mostró especialmente pesimista el miércoles, y en la manera como lo hacen los periódicos cuando hay noticias malas, parece emitir su oscuro presentimiento de a poco. De todas formas, no hay mucho que no se conozca en Europa. Tan solo se podría esperar alguna medida que le de algo de estímulo a un continente que, sobre todo, no acierta a encontrar un líder que lo saque adelante.

El euro sufre, al igual que la libra esterlina, el franco y otras monedas duras, las consecuencias de lo que diariamente va aconteciendo. A la baja de Wall Street por la reelección de Obama, la nueva ola de pesimismo en Europa, y datos que no ayudan, se suma una incertidumbre por el futuro de Grecia, que cada dos semanas está en los titulares, y no por buenas noticias precisamente.

En este contexto, el yen vuelve a asomar como el refugio de los inversores, aunque sin la fuerza de otros tiempos. El oro, nuevamente, parece quedarse con el podio, una vez más, ante la situación de incertidumbre.