La Reserva Federal de Estados Unidos parece dispuesta a seguir con su estímulo mediante la compra de bonos en el futuro inmediato, pese a señales de fortaleza en la economía y una creciente preocupación sobre los riesgos de la política monetaria expansiva, según comentarios realizados el jueves por altos funcionarios.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans -conocido como un moderado en materias de política monetaria- dijo que la Fed podría tener que mantener sus compras de bonos hasta fines del 2013 o el 2014 y que incluso podría necesitar ampliar el programa si la restricción fiscal fuera mayor a lo esperado.
“Creo que tenemos políticas muy apropiadas (…) en este momento”, comentó en una entrevista con CNBC. El funcionario agregó que espera un crecimiento económico en Estados Unidos de alrededor de un 2,5 por ciento este año, incluso considerando el efecto de un presupuesto gubernamental más ajustado.
El banco central estadounidense mantuvo el mes pasado su plan de estímulo de compra de bonos por 85.000 millones de dólares mensuales, reiterando su promesa de continuarlo hasta que haya una mejoría sustancial en el panorama del mercado laboral.
Aún así, en una señal de crecientes preocupaciones internas sobre los riesgos de la postura de tasas bajas de la Fed, el consejero Jeremy Stein pronunció un discurso concentrándose principalmente en las amenazas potenciales de políticas monetarias altamente expansivas.
Stein argumentó que un período prolongado de tasas de interés bajas podría crear riesgos a la estabilidad financiera y que los consejeros deberían mantener un ojo sobre bonos basura y mercados de crédito apalancados por señales de una toma de riesgos excesiva.
Sobre si ya se está formando una burbuja, Stein afirmó que la evidencia actual no es concluyente.
“En términos de las variables que podrían ser informativas sobre el alcance del sobrecalentamiento del mercado, el panorama es mixto”, declaró Stein en una conferencia patrocinada por el Banco de la Reserva Federal de St. Louis.
ATENCION A LOS RIESGOS
Los comentarios de Stein tuvieron lugar en momentos en que algunos analistas, incluyendo a miembros de alto nivel de la Fed, han manifestado preocupaciones sobre los efectos desestabilizadores de las políticas monetarias poco convencionales del banco central, en particular su programa de compras de activos.
En diciembre, la Fed reforzó su tercera ronda de alivio cuantitativo en reemplazo de su programa anterior más modesto que no sumó a su hoja de balance, con una compra más agresiva de bonos del Tesoro, manteniendo el ritmo mensual de 85.000 millones de dólares en compras establecidas por primera vez en septiembre.
Con una fuerte alza de las acciones estadounidenses en enero y una emisión récord de bonos corporativos, a algunos les preocupa que la política de tasas de interés bajas de la Fed pueda alentar a los inversores a tomar excesos de riesgos.
Stein dijo que los consejeros deberían seguir atentos a esos riesgos y no ser tímidos a la hora de usar la política monetaria para mitigarlos, un quiebre con convenciones del pasado que tendían a favorecer herramientas regulatorias para lidiar con la inflación en el precio de los activos.
Evans, un miembro con derecho a voto este año en el panel que fija la política monetaria de la Fed, reiteró su visión de que necesitaría ver un aumento de 200.000 empleos al mes durante cerca de seis meses para reducir el programa de compra de bonos.
También dijo que le gustaría ver un crecimiento del producto interno bruto (PIB) mayor a la tendencia y un declive en la tasa de desempleo, ahora en un 7,9 por ciento.
Dijo que aunque no espera que el desempleo caiga a cerca de un 7 por ciento hasta fines del 2014, la Fed podría reducir sus compras de bonos antes de eso.
En diciembre, el banco central estadounidense anunció un nuevo marco en virtud del cual planea usar los indicadores económicos par dar al mercado un panorama más claro sobre la política monetaria.
En particular, prometió que mantendrá los tipos de interés cercanas a cero hasta que la tasa de desempleo caiga a al menos un 6,5 por ciento, siempre y cuando la proyección de la inflación a mediano plazo no supere un 2,5 por ciento.