La crisis que comenzó en el 2007 llevó a que los bancos centrales apliquen medidas extraordinarias, más allá de llevar al extremo las habituales. La recuperación de la economía debería llevar a una normalización de los bancos centrales. Si bien la recuperación de la economía de EE.UU. parece ir por delante de la de otros países, la Reserva Federal sería el último en comenzar a retirar los estímulos. Recientemente la institución anunció compras de títulos sin poner una fecha de vencimiento. Esto pese a que la economía de EE.UU. está dando señales de recuperación económica.
Las razones desde el banco central son obvias: estimular la actividad económica y hasta que el desempleo baje considerablemente (salvo que la inflación se dispare y obligue a realizar modificaciones drásticas). Por un lado, la Fed sigue demostrando que hará todo lo que sea para evitar una nueva recesión o una depresión económica. Y estas medidas van en esa línea.
Si bien éstas no cuentan con un apoyo total y esto se ve en la diversidad de opiniones entre los funcionarios de la Fed. Los que se oponen ven más riesgos que beneficios en las compras.
Una gran duda surge, y tal vez aquí este la razón del compromiso de la Fed y la explicación de por qué no se mueve de donde se encuentra ahora. Si la economía sigue mejorando y las expectativas de los empresarios e inversores continúan en alza, se podría esperar que se incremente la demanda por acciones o que se reduzca la demanda por títulos públicos, es decir que se pase a demandar activos de mayor riesgo. Para ello, puede ser que nuevo dinero ingrese en el circuito o que haya un flujo desde activos menos riesgos a más riesgosos.
Si lo que prima es este segundo escenario, la caída en el valor de los títulos del Tesoro llevaría a que suba la tasa de interés de los mismos (relación inversa entre tasa de interés y precio). Esto va en contra de los plantes de la Reserva Federal de mantener bajo control las tasas, para estimular a que se tomen créditos. La tasa de los Treasuries se usa como referencia en otras tasas.
Entonces una de las formas mediante las cuales la Fed puede llegar a mantener bajo un cierto control estas tasas en un ambiente como el planteado es sostener el compromiso de compras y también seguir dejando la tasa de referencia en su nivel actual.
Es por ello que, salvo que la inflación se dispare, las tasas bajas y las compras de títulos podrían continuar durante un período prolongado. Entonces, por más recuperación que haya en EE.UU., la Fed podría ser el último banco central en salir de la fiesta de los estímulos. Aunque suena lógico pensar que estamos más cerca del fin, que de cuando se comenzó con estas políticas.